Mediante machotes, que muestran evidentes errores en su redacción, la Contraloría General de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) justificó la revisión de los 66 módulos de atención, orientación y quejas ciudadana, que es el canal más directo que tienen los diputados locales para atender las demandas de sus votantes.

De acuerdo con la información presentada en la página oficial de la ALDF, en los primeros dos meses de este año la Contraloría seleccionó aleatoriamente un porcentaje de módulos que tienen las fracciones de PRD, PAN, PRI, Panal y las coaliciones de Izquierda y Socialdemócrata, para su revisión, sobre todo que no se les utilice para algún fin de carácter proselitista.

Según su plan de trabajo, se llevaron a cabo inspecciones físicas en los citados inmuebles, pero al vertir las conclusiones de dichas visitas, se observa que el texto utilizado para el reporte final de los módulos de los perredistas es el mismo que se utilizó en todos los casos, en una operación de copy-paste. Es decir, sin cambiarle nada en absoluto.

En el informe de la Contraloría –presidida por Carmen Barbosa, afín a la corriente Nueva Izquierda (NI), de Víctor Hugo Círigo– se detalla para el caso de los diputados del PRD: se seleccionó para su revisión una muestra aleatoria de 50 por ciento de los 34 módulos, es decir, 17, porcentaje que varió de acuerdo con el número de diputados y módulos que tiene cada bancada en la ALDF.

Para los del PAN se escogieron nueve; para el PRI, dos; Panal, dos; Coalición Socialdemócrata, dos, y Coalición de Izquierda, dos.

Sin embargo, el reporte de las conclusiones de ese grupo mayoritario es el mismo para el resto de las bancadas: ocho incisos en los que se repite que no se encontró nada anómalo, incluido entre ellos el error de poner en todos los casos: la fachada de los diecisiete Módulos se encuentra pintada en color blanco, de conformidad con la imagen institucional, pese a que se refería a un número menor de esos inmuebles.