Herschel, el primero, cuenta con equipo que podrá captar las estrellas más lejanas
Planck permitirá observar los vestigios de los primeros rayos de luz emitidos tras el big bang
Viernes 15 de mayo de 2009, p. 3
Kourou, Francia, 14 de mayo. El mayor telescopio jamás enviado al espacio, Herschel, y un satélite para observar los vestigios de los primeros rayos de luz emitidos tras el big bang, Planck, fueron lanzados este jueves por el cohete europeo Ariane desde la base Kourou en la Guayana Francesa.
El cohete puso en órbita al primero a las 13:40 GMT y al segundo unos minutos más tarde.
Los dos satélites, cuyo costo total, incluyendo el lanzamiento y operaciones, asciende a 2 mil 456 millones de dólares, integrarán luego separadamente sus órbitas operacionales, a 1.5 millones de kilómetros de nuestro planeta, en dirección opuesta al Sol.
La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) está en camino hacia los orígenes del universo
, comentó Jean-Jacques Dordain, director general de la agencia. “Imaginemos que vamos a ver la primera luz emitida después del big bang. La ciencia podrá comenzar”, agregó.
Hacia su destino final
Los satélites están en una buena trayectoria
y deberían llegar de aquí a un mes
al segundo punto de Lagrange (L2) del sistema Tierra-Sol, su destino final, precisó.
Una vez instalados en el punto en que se equilibran las fuerzas de gravedad ejercidas por el Sol y la Tierra, Herschel y Planck girarán alrededor del Sol a la misma velocidad que la Tierra.
En ese punto, situado más allá de la órbita de la Luna, hallarán un entorno térmicamente estable, cercano al cero absoluto (–73,150º C), lejos de las perturbaciones por el calor o la sombra de la Tierra.
El satélite Rochelés, de 7.5 metros de altura, 4 metros de ancho, y de 1.9 toneladas de peso, es el telescopio de infrarrojo más grande jamás lanzado, con un espejo primario de 3.5 metros de diámetro que observará estrellas que hasta ahora estaban fuera del alcance por estar demasiado lejanas.
Los tres instrumentos a bordo de Herschel utilizarán la radiación infrarroja lejana y submilimétrica para detectar los cuerpos celestes más fríos y que liberan menos energía.
Ambiente de helio
Pacs y Spire, las dos cámaras de bolómetros a bordo del telescopio, registran las ínfimas variaciones de radiación electromagnética. Están instaladas en un ambiente de helio, para mantener una temperatura cercana al cero absoluto (–273 0C).
El frío es indispensable, pues al aumentar su temperatura los instrumentos emiten radiaciones y perturban las mediciones.
El satélite Planck, de 3.4 toneladas, tiene por objetivo estudiar variaciones del orden de un millonésimo de grado en la irradiación fósil del universo, una luz emitida 380 mil años después de su nacimiento.
Una vez establecido el gráfico de fluctuaciones de esta irradiación, también llamada fondo cosmológico difuso, se avanzará en el conocimiento de la geometría del universo y ritmo de su expansión.