La detección de 14 casos de influenza A/H1N1 desde el 11 de marzo en el Distrito Federal y Baja California y hasta antes del caso del niño en La Gloria, municipio de Perote, Veracruz, indica que la transmisión del nuevo virus pudo provenir de Estados Unidos, a través de los corredores migratorios que pasan por el norte de la República y los estados de San Luis Potosí y Oaxaca.

El 13 de abril se registró en esta última entidad el deceso de una mujer a causa de la influenza A/H1N1, el cual se había considerado el primero de la epidemia. Sin embargo, ya se han documentado tres fallecimientos ocurridos anteriormente, los días 10 y 11 de ese mes.

Celia Alpuche, directora del Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (INDRE), y Hugo López Gatell, director de epidemiología del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades, explicaron que la hipótesis sobre el impacto de la migración en el desarrollo de la epidemia de influenza en el país también involucra a Veracruz, en particular al municipio de Perote, donde 20 por ciento de la población es migrante.

Coautores de un artículo publicado hace unos días en la revista Science express, los especialistas reconocen que el modelo matemático por el cual se infiere que alrededor de 23 mil mexicanos habrían estado en contacto con el nuevo virus de influenza, sin que hayan desarrollado síntomas de la enfermedad, ya está rebasado. Inicialmente fue útil para guiar las medidas de control que se aplicaron en el país a fin de mitigar la expansión de la enfermedad, dijeron.

En entrevista, Alpuche, responsable de la operación de los equipos de análisis y determinación de la presencia del virus A/H1N1 en la mayoría de los estados, señaló que cuando surgió la epidemia la red de vigilancia de influenza estacional no funcionaba en Baja California y Baja California Sur, mientras que Campeche y Colima apenas se habían incorporado al sistema de notificación.

Sin embargo, puntualizó, la red cumplía con los compromisos que México contrajo con la Organización Mundial de la Salud de contar con laboratorios estatales con capacidad para determinar el tipo de virus de influenza y uno nacional, el INDRE, donde se identifican los tipos y subtipos de la cepa.

A su vez, López Gatell, encargado del sistema de vigilancia epidemiológica, reconoció que la emergencia sanitaria requería una velocidad de respuesta que no tenía el sistema de notificación obligatoria de enfermedades, por lo que también de emergencia se tuvo que adaptar la plataforma informática que empezó a funcionar en 2008 para la notificación de casos de dengue, tuberculosis y VIH, e incorporar la influenza y neumonías graves.

Con ello hemos ido ganando certeza sobre la situación de la epidemia en los estados, aunque, admitió el funcionario, se han tenido que vencer inercias, enfrentar la capacidad de cómputo en los estados, las rutinas de trabajo que implicó fundamentalmente sustituir los formatos de papel por la computadora.

Con respecto al trabajo del INDRE, Alpuche comentó que en los días más críticos llegaron a recibir mil 200 muestras por día para su análisis, y aunque la información oficial señala que la tendencia de la epidemia va a la baja, en el instituto se reciben un promedio de mil muestras por día.

La funcionaria informó que ayer llegaría un lote de mil 200 análisis realizados en Canadá, con lo que el número de muestras pasará, de las casi 9 mil reportadas por el secretario de Salud, a más de 11 mil, incluidas las 940 que a diario se estudian en el INDRE.

Respecto de los casos de decesos ocurridos en Jalisco, que según el gobernador Emilio González envió desde el viernes pasado al INDRE, Alpuche aclaró que una de las muestras llegó al el lunes y las otras dos tenían que haber sido entregadas el martes. Por eso todavía no se tienen los resultados.

Por otra parte, Alpuche y López Gatell, quienes forman parte del equipo de la Secretaría de Salud que ha tenido a su cargo el control de la epidemia de influenza, comentaron que para comprobar el número de personas que estuvieron en contacto con el virus A/H1N1 y no desarrollaron la enfermedad será necesario contar con una prueba de seroprevalencia específica, la cual está siendo elaborada por científicos de Estados Unidos y Canadá.

Sería similar a la que existe para observar la protección frente a la influenza estacional e incluso otras infecciones como la tuberculosis. Con dicho examen se identificará la parte del sistema inmune de los individuos que reacciona ante la presencia del nuevo virus de influenza, así como a aquellos que cuentan con cierto grado de protección.

Debido a que se esperan nuevas oleadas de influenza A/H1N1, esta información será útil para detectar a los sectores poblacionales más vulnerables al virus.