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Lourdes Edith Rudiño A principios de 2008 la Secretaría de Agricultura instruyó a los Comités Sistema Producto –esto es a las instancias que, por rama productiva, agrupan en mesas de negociación a los diversos eslabones (productores primarios, industriales, comercializadores, proveedores de insumos, etcétera)— a constituirse en figuras jurídicas, ya sea en asociaciones civiles (AC) o en sociedades civiles (SC), a fin de que pudieran tener acceso a recursos públicos y hacer las comprobaciones de gastos con facturación.
Esta decisión ha propiciado conflictos severos por lo menos en los Comités Sistema Producto pecuarios del Distrito Federal, porque “ha permitido que se enquiste allí un pequeño grupo y que se margine a los verdaderos productores y a los demás representantes de la cadena de valor”, afirma Francisco Quintana Damián, miembro de la Organización Nacional de Porcicultores (Ornapor) y director del Centro de Inteligencia y Articulación Cooperativa de la Industria Porcina. Incongruencias de la figura jurídica. En los cinco sistemas producto pecuarios del Distrito Federal se constituyeron ya sendas SC, y esto en principio es criticable, pues “hemos demostrado que jurídicamente una SC es una empresa privada, y no entendemos cómo recursos públicos destinados a un organismo no lucrativo (a una mesa de negociación) tengan que ser canalizados vía una empresa lucrativa (...); lo adecuado hubiera sido la creación de asociaciones civiles, sin fines de lucro”. Resulta que la SC constituida para el sistema producto porcícola tiene como socios a tres porcicultores; un ¡apicultor!, que es Jorge de la Cruz Palacios , presidente del Comité de Fomento y Protección Pecuaria del Distrito Federal, y al gerente de este Comité de Fomento, Jesús Ever Celaya Mendoza, quien cobra como funcionario público de la Secretaría de Desarrollo Rural del DF (Seder). Y en las demás SC pecuarias del DF aparecen como socios también cinco personas en cada caso: repiten siempre De la Cruz y Celaya más tres apicultores, o tres cunicultores, o tres productores de borrego, según sea la rama productiva. Los “socios” o “accionistas” cuentan con acciones cada uno de 500 pesos. A partir de 2009 estas sociedades civiles tendrán acceso a recursos públicos, de los presupuestos de la Secretaría de Agricultura y de la Seder. En el caso de la SC porcícola, podrá acceder a un recurso autorizado de 317 mil pesos en total, el grueso proveniente de la Sagarpa , y ya la SC definió cómo distribuirá el dinero, lo cual incluye 200 mil pesos para pagar un “facilitador”, o sea un consultor que apoya la elaboración de documentos y gestión de trámites; 30 mil pesos para equipo de cómputo, y otros 30 mil para la creación de una página web, entre otros. Según comenta Francisco Quintana, en los años pasados --con excepción de 2008 cuando no hubo presupuesto para los sistemas producto— los recursos para estas instancias de negociación se “bajaban” vía el Comité de Fomento y Protección Pecuaria, y ahora, con la participación del gerente y el presidente de este comité en cada una de las SC, se pretende afianzar tal situación. Ocurre que los sistemas producto carecen de oficinas propias y realizan sus reuniones y actividades administrativas en las instalaciones del Comité de Fomento y, como el presupuesto público está orientado a la operación de los sistemas, a oficinas, equipo, difusión, capacitación, entre otros, hay quien aduce que el dinero lo debe manejar el Comité de Fomento mencionado Quintana considera que hay manejos oscuros de los presupuestos –-por ejemplo, el “facilitador” es el mismo para todos los sistemas producto pecuarios y cada año se le contrata; el costo de 30 mil pesos para desarrollar una página web es excesivo, y el gasto en equipo de cómputo ocurre cada año y es injustificable--, y preocupa “que el dinero no tenga un destino certero que sirva para fortalecer la red de valor”. Les quitan plataforma. Pero lo que realmente inquieta a los productores es que sean esas cinco personas las que se abroguen la representación de la rama y no los verdaderos productores, y por tanto las inquietudes y necesidades de éstos no logran ser canalizadas por las vías oficiales y no tienen la plataforma para recibir el apoyo gubernamental suficiente. El Centro de Inteligencia y Articulación Operativa de la Industria Porcina , que agrupa a 200 porcicultores del DF, está enfocado en un plan para integrar a los productores a los eslabones de rastro, corte y comercialización de la carne, y para mejorar la calidad genética de los animales a fin de lograr mayor producción de carne por cabeza y mayor rentabilidad, y trabaja en la obtención de líneas de financiamiento de la banca de desarrollo, pero no está en condición de aprovechar la plataforma del sistema producto para fortalecer su operación. En el DF hay 846 porcicultores registrados debidamente ante las autoridades, y existen tres asociaciones locales especializadas en porcicultura (la del sur del DF, la de Xochimilco y la de Azcapotzalco), y no están presentes en el sistema producto ni por supuesto en la SC. Cabe decir que, según los lineamientos de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable (LDRS) –donde tienen fundamento los sistemas producto-- las organizaciones ganaderas registradas conforme a la ley deben participar en estas instancias. Con base en la LDRS , el Centro de Inteligencia pidió al delegado de la Sagarpa en el DF, Carlos Arroyo Santiesteban, que convocara a una renovación del Comité Sistema Producto Porcícola, “pero nos dijo que no eran atribuciones de él, aunque nosotros sabemos que sí, y nos dijo que convocáramos nosotros. “Así lo hicimos, llamamos a reunión a todos los posibles participantes del sistema producto según la ley –productores, proveedores de insumos, instituciones de financiamiento, universidades, cámaras, representantes de la industria, etcétera— y llegaron unas 60 personas. La idea de nosotros es integrar un consejo que dé soporte al sistema producto y constituirlo en asociación civil; en principio se eligió una mesa directiva (...) fuimos con el delegado pero nos dijo que él no reconocía esto”. De cualquier forma, este consejo sesiona y avanza en su trabajo.
Quintana comenta que el delegado ha convocado a reuniones supuestamente para renovar las representaciones en el sistema producto porcícola (pues existe un representante no gubernamental, uno de la academia, uno de los industriales, otro gubernamental, etcétera) pero la manera en que ello ocurre, lenta y segmentada, demuestra que no hay voluntad real. “¿Sabes cuándo van a elegir al representante no gubernamental, nunca?”. Los porcicultores han buscado infructuosamente apoyo para rescatar la plataforma del sistema producto desde que estaba el anterior delegado Serafín Paz. Con el actual delegado se encuentran con puertas cerradas. “Nos ve y parece que ve al diablo, que ve la influenza A/H1N1”. |