La Secretaría de Educación Pública (SEP) informó anoche que 91 mil 357 estudiantes presentaron síntomas de enfermedades respiratorias, por lo que fueron regresados a sus hogares, durante el reinicio de actividades escolares, y 913 mil 572 no fueron a sus escuelas.

A su vez, 18 mil 552 profesores, 2.2 por ciento, no se presentaron a trabajar, mientras 3 mil 963 docentes, 0.47 por ciento, tuvieron que abandonar sus planteles por presentar algún síntoma. Así, señaló, de los 18 millones 271 mil 443 alumnos que reiniciaron actividades, 0.5 por ciento fueron detectados con síntomas de males respiratorios en los filtros escolares y el ausentismo estudiantil ascendió a 5 por ciento. En promedio, los niños tardaron 12 minutos más en ingresar a sus colegios por las medidas instrumentadas.

Por otra parte, según un reporte por entidades, donde se registró el mayor nivel de ausentismo fue en el Distrito Federal, Aguascalientes, Nayarit y Yucatán.

Para el regreso a clases, en medio de la contingencia sanitaria, la respuesta de los padres a las autoridades educativas fue una: ausentismo, que en diferentes escuelas se estimó en alrededor de 20 por ciento. En algunos colegios se suspendieron las actividades antes de la hora oficial de salida por la falta de agua, y en otros más se pidió a los alumnos que elaboraran el gel antibacterial y los cubrebocas, porque la SEP no envió nada.

En tanto, el llamado filtro escolar –apuesta de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para prevenir el contagio del virus A/H1N1– ocasionó confusión y tensión entre los niños, ya que muchos fueron aislados por decir que estaban enfermos de diarrea o por revelar que habían estornudado hace 15 días. El hecho de permanecer separados, en las direcciones de los planteles, les provocó temor, y algunos lloraron.

No hubo filtros

En algunas escuelas el filtro ni siquiera se estableció, debido a las condiciones físicas de los planteles, pese a que el titular de la SEP, Alonso Lujambio, aseguró que dicha medida no dependía de los magros espacios educativos.

En la telesecundaria Sor Juana Inés de la Cruz, en Tlalnepantla, una de las más pobladas del país, los jóvenes salieron antes de tiempo, ya que el suministro de agua se acabó y no había con qué surtir los bebederos.

Por otro lado, la pileta que surte a los baños tenía agua, pero el tubo se averió y ya no había con qué asear los sanitarios. El profesor Ciro Lozano señaló: a las 12:30 se acabó el líquido y se mandó a los muchachos a sus casas a la una de la tarde, porque no llegaron las pipas.

En dicho plantel no se estableció el filtro, porque la puerta de entrada a la escuela es tan angosta que se hubiera provocado un embudo con el paso de cientos de estudiantes. Así, los jóvenes fueron concentrados en una cancha, donde les dieron las instrucciones más importantes para prevenir la enfermedad. Posteriormente se fueron a sus salones, en los cuales los profesores platicaron con ellos para detectar si presentaban algún síntoma.

En la primaria Benito Juárez, en la colonia Roma –que la SEP ha escogido para la realización de actos oficiales, por contrastar con el deterioro de otras–, no se presentaron 193 niños, esto es, 19.5 por ciento del total, informó la directora, Elia Rita Ayala. La maestra de quinto año María Guadalupe Rodríguez dijo que no había acudido ni la tercera parte. Tengo 34 alumnos y han llegado 12.

Los integrantes del filtro, el cual fue instalado en el patio de la escuela, enviaron a cerca de 40 niños a la dirección, aunque no todos por presentar síntomas de la enfermedad. Algunos dijeron que sólo les dolía el estómago o estaban enfermos de diarrea. Otros expresaron que habían estornudado en días anteriores. Al final, 22 se convirtieron en casos sospechosos y los directivos llamaron a los padres.

Asustados por no entender qué pasaba, algunos lloraron. Una madre de familia salió aprisa con su pequeño y dijo que no tenía tos, aunque el menor empezó a expectorar, como si la afección fuera de días. Sólo alcanzó a decir: Lo voy a llevar a mi trabajo, me salí sin permiso. Vivo en Ecatepec.

En la telesecundaria 211 Salvador Allende, en Naucalpan, el director Carlos Velázquez dijo que si hubieran esperado a que la autoridad educativa enviara algo, no hubieran contado con nada. Allí los padres tuvieron que pagar mil 600 pesos a un plomero para que arreglara los baños, y gastaron 4 mil pesos para comprar jabón, cloro y papel sanitario.