En completa calma y con baja afluencia se llevó a cabo ayer la visita familiar en el reclusorio femenil de Santa Martha, luego de que el pasado viernes por la tarde varias internas protestaron por las restricciones para el ingreso de visitantes a este penal, medida que se dictó para evitar el riesgo de contagios de influenza A/H1N1.

Entre las personas que acudieron al lugar hubo versiones encontradas sobre lo ocurrido horas antes, cuando un grupo de reclusas del dormitorio F quemaron colchones, sábanas y basura en demanda de que se restableciera normalmente la visita, pues mientras algunas aseguraron que hubo mujeres golpeadas durante la protesta, otras lo negaron.

Por lo pronto, hoy, Día de las Madres, la Subsecretaría del Sistema Penitenciario informó que en los centros de readaptación femenil de Santa Martha y Tepepan podrán ingresar hasta cuatro personas por interna, ya sea entre tres o dos menores sin importar la edad –siempre y cuando sean hijos de las reclusas–, acompañados de uno o dos adultos.

Ayer por la tarde la dependencia había informado que sólo se permitiría la entrada a dos personas por reclusa, una de las cuales podría ser un menor de edad, siempre y cuando fuera mayor de 12 años, así como personas de la tercera edad.

Durante el horario establecido para las visitas se pudo observar poca afluencia, la fila de espera no superó las 50 personas, pero quienes acudieron ayer a Santa Martha resaltaron la importancia de que se restablezcan en su totalidad las visitas familiares, ya que, dijeron, es la única forma de garantizar una buena calidad de vida de las internas, pues nosotros las proveemos de comida o dinero para cubrir sus necesidades básicas, porque la comida que les sirven es muy mala, señaló una visitante de nombre Laura.

Decenas de personas se dieron cita con bolsas de llenas de comida, como chicharrón guisado, frijoles, leche, queso, tortillas, pan y agua, para dejar a sus familiares presos, con quienes pudieron estar alrededor de una hora, aunque algunos no pudieron ingresar al penal, pues sólo se permitió el acceso de un visitante por reclusa, aunque en esta ocasión, y contrario a lo dicho por la subsecretaría, sí se permitió la entrada de personas mayores de 60 años, siempre y cuando no mostraran síntomas de estar enfermos.

Algunos de los visitantes dijeron desconocer la protesta que tuvo lugar el viernes, de la cual se enteraron luego de hablar con sus familiares, pero señalaron que en el penal está todo tranquilo.

Así, mientras algunas personas aseguraban que ninguna interna había sido golpeada, otras afirmaban que elementos del grupo de reacción inmediata Tiburón, les pegaron con las macanas, las amedrentaron con perros y las hicieron hincarse, además de que las agredieron verbalmente, al grado de que a una reclusa le abrieron la cabeza, además de que algunas fueron llevadas a los apandos, dijo Laura, quien agregó que la situación al interior del centro es tensa.