PJ Harvey & John Parish. Normalidad
paulatina
a cantautora y multi-instrumentista británica (Yeovil, Inglaterra), Polly Jean Harvey, siempre al lado oscuro del camino, puede ya ser considerada como una joven veterana de culto, habitualmente empapada de deseo, muerte, sudor, efusión sin melcocha, pasillos misteriosos, terregales interiores de los que suele brotar un corazón descarnado, franco, pecaminoso, jamás redimido; rasgos que no abandona, y por el contrario, sublima como hace tiempo no hacía, en su décimo disco, A woman a man walked by (2009), en el que comparte créditos con uno de sus legendarios compañeros musicales, el creador y productor subterráneo John Parish, ex cabecilla del combo de rock experimental Automatic Dlamini (inicios de los años 80), colaborador musical de Harvey desde 1994 y coautor con ella misma del álbum Dance Hall at Louis Point (1996).
En su actual entrega, esta bruja favorita de quienes no se adhieren a moda alguna, asienta mucho de lo vivido a lo largo de sus personajes: desde la lejana grunge-punketa de Dry (1992) y Rid of me (1993, producido por Steve Albini), pasando por ser glam y sofisticada con el atinado To bring you my love (1995) así como retraída en Is this desire? (1998), hasta llegar al impecable Stories from the city, stories from the sea (2000), que le valió el Mercury Prize, ganado en vez primera por una mujer. Instalada en su personal manera de ejercer el blues y en el despoje emocional, con pizcas de dulzura, siguió con el discreto pero profundo Uh Uh Her (2004), e hizo una pausa para volverse hada, vestir de blanco cual fantasma victoriano, guardar su guitarra distorsionada de marras, y ofrecer un hato de delicadas piezas a voz y piano, en White Chalk (2007).
Sin nada ya que demostrar, y siguiendo su reciente vena confesional, y sin dejar que los años le hagan irse rumbo a la facilidad, lo seguro, o lo aburrido, PJ Harvey sorprende con un álbum de múltiples saltos atmosféricos: desde temas suaves con voz soprano y guitarra acústica o banjo folky (16-15-14, Leaving California, The Soldiers), hasta guitarras fuertes y melodías claras (como el efectivo sencillo Black hearted love, que recuerda a Stories from…), flautas y órganos que mezclan lo sacro con lo profano (Passionless, pointless), hasta extravagancias vocales entre gritos, alaridos e improperios, muy en la onda de su ex novio, el gran Nick Cave (como el tema que da nombre al disco). El espíritu experimental de Parish se deja sentir en los arreglos, así como en los cambios repentinos de estructuras, instrumentos y timbres (como en The Chair). Las letras de Harvey, cantadas con esa su voz cada día más ruda y a la vez pulida, siguen cimbrando; amores erráticos, pasos sobre rostros de mujeres muertas, decesos pasionales y rechazos en vilo, como la también Nickcaveana: Pig, will not! (¡no, cerdo, no lo harás..! justo en días de virus porcino)…
Se trata de un disco enfebrecido, turbulento a ratos, acariciante luego, en esencia acústico, orgánico, cuya delicadeza no implica ensoñación ni melodrama, sino crudeza y, curiosamente, un humor bastante ácido, oscuro, excitante. En medio de tanta basurilla, con los días se irá destacando como una de las piezas más notables del año, y en la carrera de Harvey, como uno de sus pasos más firmes y arrojados, al demostrar que la madurez artística puede implicar también sencillez y creatividad implosiva, y no necesariamente explosión o grandilocuencia.
Reapertura de bares y foros
Tras días de contingencia mayor por el virus A/H1N1, según disposiciones oficiales, el ayuno de rocanrol en vivo (al lado de demás bares y antros
) termina este fin de semana, pero la apertura será aún paulatina: ya hay acceso, pero aún con restricciones y medidas especiales de higiene. Por ejemplo, informó Ignacio Pineda, titular del Foro Alicia, éste ha hecho aberturas especiales en el techo para que circule el aire; en la entrada, además del gel antibacterial que piden las autoridades, ofrecerán cubrebocas; en el festival que brinda hoy, permitirán el acceso a la mitad de su capacidad. Por su parte, Daniel Patrón, programador de Pasagüero, dijo que incentivarán la asistencia al no cobrar la entrada; todo su personal usará cubrebocas y también dará gel antibacterial, pero no limitará el ingreso. El Centro Cultural de España abrirá hasta el miércoles 13 de mayo. Bar Imperial indicó que acatará las medidas del gobierno al pie de la letra
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Lo más seguro es que la mayoría de los bares para escuchar rock y anexos, mientras no indiquen lo contrario las autoridades, cuenten con prevenciones del estilo. Claro que es aún más deseable que pudiéramos ya roquear en bola y sin problemas. Por ahora, se sabe bien que esta rama ha sido dañada tanto o más que la de los restauranteros... Sólo nos resta a la comunidad rocanrolera esperar a que bajen las aguas.