Londres, 6 de mayo. Un agónico tanto de Andrés Iniesta, a los 93 minutos, dio al Barcelona el empate 1-1 en su visita al Chelsea y el pase a la final de la Liga de Campeones.

El conjunto catalán, que igualó 0-0 en la ida, se clasificó por la regla de los goles de visitante.

Michael Essien había puesto en ventaja al Chelsea a los nueve minutos, con un gran remate de larga distancia que dejó sin reacción al arquero rival.

Barça creó pocas opciones de gol claras durante el partido, pero pudo romper el cerco defensivo del Chelsea en el descuento, cuando tras un pase del argentino Lionel Messi, Iniesta sacó un potente remate para poner el 1-1.

El cuadro azulgrana jugaba con un hombre menos desde los 65 minutos, cuando Eric Abidal fue expulsado por una falta sobre Nicolas Anelka, que se escapaba hacia la portería.

Barcelona disputará en Roma la final de la Champions, el 27 de mayo en Roma con el campeón defensor Manchester United, que el martes venció 3-1 al Arsenal.

Barça dominó el balón la mayor parte del primer tiempo, pero no generó peligro, mientras el conjunto inglés fue más incisivo con sus contrataques, inclusive después del gol de Essien.

Abidal se perderá la final, al igual que el brasileño Daniel Alves, quien recibió una segunda tarjeta amarilla y estará suspendido para el encuentro.

Sin embargo, el capitán Carles Puyol, suspendido para este partido, volverá a estar disponible en el encuentro por el título.

En Roma, el United buscará ser el primer equipo en lograr dos títulos consecutivos desde que la Copa de Europa se convirtió en la Liga de Campeones.

Los jugadores del Chelsea se quejaron tras el final del partido contra el árbitro noruego Tom Henning Ovrebo, debido a que en dos ocasiones (a los minutos 73 y 82) no marcó dos claros penales.

El marfileño Didier Drogba fue amonestado tras el final por las reiteradas protestas.

El entrenador del Chelsea, Guus Hiddink, afirmó que el árbitro les había robado el encuentro: Hicimos un buen partido y debimos haberlo decidido antes, pero no hablamos de un solo penal. A veces uno quiere dar el beneficio de la duda al silbante, pero aquí se trata de al menos tres o cuatro situaciones.

Por su parte, Gerard Piqué admitió haber cometido falta en una acción en la que el árbitro no pitó la pena máxima: Para ser sincero, el balón me tocó la mano, aunque yo no quería hacerlo.