Lunes 4 de mayo de 2009, p. 15
Criadores de cerdos redoblaron los sistemas de seguridad en sus granjas para evitar en lo posible el contacto humano, aunque en dichas instalaciones están controladas las enfermedades más comunes de esos animales, entre ellas el síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRS, por sus siglas en inglés).
Lo anterior fue asegurado por Laura Batista García y Marco Carvajal Velázquez, di-rectivos de la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Cerdos.
A poco más de una semana de la declaratoria de emergencia sanitaria por el brote de influenza A/H1N1 –denominada inicialmente influenza porcina–, los productores aseguraron que el consumo de la carne de puerco y sus derivados cayó en forma drástica, y los precios del ganado en pie pasaron súbitamente de 22 a 13 pesos por kilo, por lo que pidieron a la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) un subsidio emergente de 2 mil millones de pesos, para sostener la producción.
Carvajal Velázquez añadió que la carne de cerdo que hoy se produce en el país tiene un alto control de calidad
; por ejemplo, abundó, se evita el uso de medicamentos en ciertas etapas de engorda y semanas antes de llevarse (los animales vivos) a los rastros
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Especificó que en las granjas localizadas en La Piedad, Michoacán, todos los trabajadores deben ser desinfectados antes de ingresar a los corrales y portar mascarillas
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A su vez, Laura Batista apuntó que hay programas preventivos para evitar el uso indiscriminado de antibióticos, que no son aplicados a los animales dos meses antes de sacrificarlos
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