La industria de alimentos procesados tiene alta capacidad, señala
Domingo 3 de mayo de 2009, p. 27
México no ha padecido ninguna crisis de desabasto de alimentos procesados o industrializados –que van desde atún y sopa, hasta chiles y jugos– pese a las situaciones de emergencia por las que ha pasado como el terremoto de 1985, los diferentes huracanes en sus costas, la crisis económica de 1994 e incluso los pactos para el control de precios de productos básicos durante la década de los 80, aseguró Armando Cobos, presidente ejecutivo de la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias (Canainca).
Así que resulta impensable y totalmente descartable que ahora lleguen a quedarse totalmente vacíos los anaqueles de supermercados o tiendas debido a la emergencia sanitaria que ha provocado el nuevo virus de influenza, puntualizó.
Esa es una cualidad de este país. Ni en los peores momentos que hemos pasado ha habido desabasto de estos productos que no llamamos básicos, sino de consumo generalizado porque todo mundo los compra, ni tampoco se han dado saqueos de supermercados como ha ocurrido en otras naciones
, dijo.
Por eso consideró que las ventas de pánico no se justifican y abundó que la industria de alimentos procesados del país –conformada por 52 ramas distintas– tiene una alta capacidad de respuesta, gracias a que cuenta con sistemas de producción, logística y tecnología de alto nivel mundial.
La actual sobredemanda de alimentos enlatados, principalmente en la ciudad de México, tampoco ha implicado, según el dirigente de Canainca, un aumento de precios. No obstante aclaró que éstos reportaban incrementos de entre 8 y 10 por ciento en términos anuales, pero no por la contingencia sanitaria sino atribuible a sus propios procesos de producción, como el encarecimiento de insumos.
Los precios los regula el mercado y tenemos libertad de mercado luego de que durante muchos años hubo control de precios en los productos del sector, pero nadie puede subirlos indiscriminadamente ni aunque suban sus costos de producción, porque enfrentamos mucha competencia a nivel nacional e internacional y el consumidor decide qué comprar
, dijo.
Refirió que 41 por ciento de las ventas del sector se destinan a los mayoristas o bodegueros que a su vez surten pequeñas tiendas, 36 por ciento es para supermercados y tiendas de autoservicio, e incluso tienen un margen de 15 por ciento para exportar.
Armando Cobos reconoció que se han incrementado las ventas por la coyuntura
y por ello se han llegado a modificar un poco los ritmos de producción y de entrega tanto de los industriales de Canainca como de sus proveedores, pero insistió en que la mejor prueba de que el sector está preparado para enfrentar cualquier emergencia es el crecimiento económico que ha reportado durante 22 años consecutivos, en contraste con lo que sucede en la mayoría de las ramas productivas del país.
Desestimó también que los industriales de alimentos puedan enfrentar problemas con sus proveedores agrícolas ya que recordó que la mayoría de las compras son por contratos anticipados, por lo que cuentan con amplios inventarios y reservas de materias primas. En todo caso, admitió que se hacen ajustes en los contratos y tiempos de entrega, pero eso ha sucedido siempre, como con los huracanes que tuvimos
.
Por otro lado, precisó que únicamente los empleados administrativos de la industria –alrededor del 15 por ciento respecto de la plantilla general de 30 mil trabajadores– dejarán de laborar hasta el próximo 5 de mayo, mientras que el resto, pertenecientes a las áreas operativas y de logística, continuará con sus actividades normales para garantizar el abasto de los productos de consumo generalizado.