El consumo privado cae en $45 mil millones; medidas restrictivas agudizarán la recesión
Aumentará la incertidumbre en torno al gasto de inversión y consumo, advierte Moody’s
aunque la duración de la crisis será crucial para determinar los costos reales. Por ahora los efectos del problema se concentran en restaurantes, hoteles, librerías, cines, y otros, pero falta determinar los efectos sobre el turismo, tercer proveedor de divisas al paísFoto Ap
Miércoles 29 de abril de 2009, p. 44
Es un llover sobre mojado. Una primera estimación ubicó en una caída hasta de uno por ciento en la actual tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) el costo asociado a la emergencia sanitaria decretada en México desde el viernes pasado. Las restricciones impuestas para contener la epidemia de fiebre porcina tienen un efecto adverso multiplicador en una economía que, aún antes de la emergencia, mostraba el peor desempeño desde el colapso de 1995.
La firma de calificación de valores Moody’s, una de las tres más importantes del mundo, estimó que el brote de fiebre porcina tiene de momento un efecto limitado
en las finanzas de las empresas nacionales, pero anticipó que afectará a aquellas cuya generación de efectivo se vea limitado por las restricciones a la actividad impuestas por la autoridad para hacer frente a la epidemia.
“La incertidumbre que prevalece en torno al alcance del brote dificulta cuantificar el efecto potencial del impacto económico. Sin embargo, si persiste esta situación Moody’s esperaría que la misma continúe debilitando la perspectiva económica ya negativa de México para el corto plazo, con lo cual se incrementaría la incertidumbre en torno al gasto de inversión y consumo, y se sumaría a los retos de negocio que enfrentan la mayoría de los sectores, especialmente los que tienden a ser más cíclicos”, añadió la calificadora.
En el Distrito Federal y su zona metropolitana, un punto geográfico en el que se concentra un tercio de la actividad económica del país, las restricciones a la actividad en escuelas, espacios recreativos y restaurantes anticipan que ocurrirá una caída adicional en la recaudación de impuestos, ya de por sí afectada por la contracción económica, así como una pérdida adicional de empleos en un sector intensivo en mano de obra, como el relacionado con la venta de alimentos preparados. Estimaciones de Banamex indican que en la primera semana desde que se decretó la emergencia el consumo privado habrá sufrido una merma de 45 mil millones de pesos.
En términos económicos lo que está ocurriendo con las medidas anunciadas por los gobiernos federal y estatales es un choque de demanda
que debería reforzar las actuales fuerzas recesivas
, explicaron ayer Sergio Luna y Alonso Ríos, analistas del área de investigación económica de Banamex, la filial en México de Citigorup. Por ahora, indican, el impacto de la gripe porcina sobre el PIB se puede calificar de limitado, aunque la duración de la crisis será crucial para determinar los costos reales
, apuntaron.
No sabemos cuánto tiempo van a resistir
, declaró ayer Arturo Mendicutti Narro, presidente de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México, que agrupa a los comercios establecidos. El comentario estaba relacionado con la decisión de las autoridades capitalinas de ordenar a los propietarios de restaurantes que dejaran de servir comidas en sus establecimientos para poner diques a los contagios de fiebre porcina.
El de los restaurantes es, dentro del ramo de los servicios, uno de los sectores de mayor actividad, sólo debajo de la actividad financiera. Es intensivo en mano de obra y su cadena se extiende desde los productores o importadores de alimentos, hasta los meseros y acomodadores de autos fuera de de los establecimientos.
Ayer, organizaciones de representación de ese gremio se apuraban a hacer cálculos de las pérdidas que esperaban por la restricción sanitaria, las que cifraban entre 700 y 800 millones de pesos por día.
Lo cierto es que se espera que la actividad económica, a nivel del agregado nacional, se vea afectada por la serie de medidas restrictivas decretadas por autoridades federales y locales. Por ahora claramente los daños se concentran en papelerías y librerías, restaurantes, bares, cantinas, cines, teatros, estadios y por la suspensión de conferencias y convenciones. Y faltan los efectos en el turismo, el tercer proveedor de divisas al país, también intensivo en empleo e importante recaudador de impuestos.
Disminuyen ingresos fiscales
En el primer bimestre de 2009 los ingresos fiscales por el cobro del impuesto sobre la renta (ISR) fueron de 99 mil 575 millones de pesos, 6.2 por ciento menos que en igual periodo de 2008. Mientras, la recaudación del impuesto al valor agregado (IVA), el que se cobra al consumo, fue de 90 mil 965 millones, cantidad menor en 21 por ciento a la del primer bimestre del año pasado, según datos de la Secretaría de Hacienda.
La preocupación por los efectos adversos en la actividad económica derivados de la contingencia sanitaria van más allá del cierre de restaurantes. El incremento en el nivel de alerta epidemiológica, decretado el lunes por la Organización Mundial de la Salud, hizo temer por el desempeño económico de la industria de la aviación comercial, los hoteles y otras empresas relacionadas con los servicios turísticos, comentó ayer Invex Grupo Financiero.
La duración de la crisis será crucial para determinar los costos reales: una perturbación de tres semanas probablemente tendrá un impacto negativo de 0.1 por ciento sobre el PIB, pero seguramente esto representa el mejor de los escenarios
, apuntaron Sergio Luna y Alonso Ríos, de Banamex. Lo más probable, sin embargo, es que el restablecimiento de condiciones de normalidad
va a tomar tiempo.
Por dar un ejemplo: un escenario en que se controle la epidemia en tres semanas, la pérdida de ingresos alcanzaría 0.1 por ciento del PIB, unos 11 mil millones de pesos
. Si la situación se controla al término de seis semanas, el efecto sobre el PIB será de 0.6 por ciento, en términos de los ingresos perdidos por la actividad comercial.
En la cuenta de Banamex, aun cuando no se considera explícitamente la pérdida en recaudación o la afectación al turismo se indica, sin embargo, que no debería subestimarse que en términos anualizados
una pérdida de ingresos de 0.3 por ciento del producto implica una caída de uno por ciento en la actual tasa de crecimiento del PIB
.
El Fondo Monetario Internacional estimó el miércoles pasado que la economía de México tendrá una contracción de 3.7 por ciento en 2009, con lo que será la de peor desempeño en América Latina, afectada por la recesión en Estados Unidos, su principal socio comercial.
Efecto limitado
Moody’s comenta que el brote de la fiebre porcina en México en este momento no afecta las calificaciones de corporativos mexicanos. Sin embargo, anunció que estará monitoreando la situación de cerca y evaluará el impacto potencial en ciertas compañías conforme sucedan los acontecimientos. La calificadora señaló que si el brote resulta tener consecuencias económicas importantes y sostenidas, más allá de interrupciones de corto plazo de algunas actividades de negocio como se está viendo actualmente, podría afectar negativamente las calificaciones o perspectivas de varios corporativos mexicanos.
“Las compañías más vulnerables al brote epidemiológico serán aquellas cuya generación de efectivo se vea directamente debilitada por el brote durante un periodo prolongado –por ejemplo, debido a una menor demanda o a la suspensión obligatoria de ciertas actividades– de manera tal que su situación financiera se deteriore significativamente y ya no se encuentre en línea con los niveles de calificación o perspectivas asignadas. Adicionalmente, la situación podría afectar a compañías con exposiciones significativas de moneda extranjera dentro sus estructuras de capital y/o de costos, en la medida en que el peso mexicano se debilitara significativamente como resultado del flujo actual de noticias negativas”, añadió.
A muy corto plazo Moody’s espera ver el mayor impacto en el desempeño operativo dentro de los sectores de esparcimiento, entretenimiento y de viaje, y para detallistas que venden bienes no esenciales.