Jalapa, Ver., 26 de abril. La detención del párroco de San Pedro Apóstol, Rafael Muñiz López, acusado de pertenecer a una red de pornografía infantil por Internet, se llevó a cabo entre irregularidades y agentes de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal violaron las garantías individuales del clérigo, aseguró el arzobispo de Jalapa, Hipólito Reyes Larios.

Entrevistado tras develar una estatua del obispo Rafael Guízar y Valencia, Reyes Larios sostuvo que la Iglesia católica no dejará solo a Muñiz López y recibirá asesoría de la Procuraduría General de Justicia de Veracruz para enfrentar los cargos de las autoridades capitalinas.

Reyes Larios indicó que, por intervención del procurador de Veracruz, Salvador Mikel Rivera, los abogados de Rafael Muñiz se entrevistaron con el procurador del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa, para exponer las irregularidades cometidas en la detención del sacerdote, efectuada el 22 de abril.

La policía del Distrito Federal entró al estado sin autorización, confiscó máquinas sin orden de cateo y aprehendió al padre en la calle, acotó. no hay pruebas contundentes de vínculos entre él (Rafael Muñiz) y la red de pornografía infantil, sostuvo el clérigo.

Mencionó que el equipo de cómputo confiscado en las oficinas parroquiales, donde supuestamente estaba el material pornográfico, pudo haber sido almacenado por otros usuarios, pues no eran de uso exclusivo del sacerdote, sino también de feligreses y colaboradores de la parroquia de San Pedro Apóstol, ubicada en esta capital.

El vocero diocesano, Quintín López Cessa, dijo que medios han emprendido una campaña de linchamiento por el caso de Muñiz, a quien no se le ha probado nada que lo involucre en los delitos de pederastia, pedofilia ni pornografía infantil, pero en las noticias se presenta como un hecho. Hay gente alejada de la Iglesia que aprovecha eso para atacarla.

López Cessa comentó que fue profesor de Rafael Muñiz en el Seminario Mayor de Jalapa, y que en la Arquidiócesis no existen antecedentes de conducta irregular del sacerdote.