Los cerdos son notorios incubadores de virus de influenza y pueden infectarse con más de un tipo de virus de diferentes especies. Por eso se cree que son el factor crítico en la evolución de nuevos virus de influenza que pueden saltar la barrera de las especies de animales a humanos y causar una pandemia.

De hecho, los virus que infectan al mismo animal pueden tener una especie de sexo, en la cual los genes virales se intercambian entre diferentes virus para producir nuevas formas con efectos potencialmente devastadores para la población humana.

El principal peligro de un nuevo virus de influenza que surja de los cerdos es que no sería reconocido por el sistema inmune de los humanos y por tanto produciría una grave infección que podría propagarse con rapidez de una persona a otra; en comparación, los virus de influenza existentes que circulan entre la población son relativamente leves. Los científicos temen que la cepa de influenza porcina en México, que parece haber saltado la barrera de las especies hacia el ser humano, haya desarrollado una forma eficaz de transmisión, la cual le permita pasar con rapidez de una persona a otra.

Las autoridades médicas están preocupadas en particular porque al parecer existen por lo menos tres grandes brotes del virus en distintas partes de México: la capital, San Luis Potosí y Mexicali, lo cual sugiere que la infección puede propagarse con rapidez.

El impacto de una pandemia causada por un virus así es difícil de predecir, porque depende de cierto número de factores desconocidos, como el nivel de inmunidad existente o de protección resultante de la influenza estacional ya presente en la población humana, y la virulencia o letalidad de la infección.

El virus causante de los brotes en México pertenece a una variante del subtipo de influenza A H1N1. Esta cepa en particular del virus H1N1 no se ha detectado antes en cerdos o humanos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las letras se refieren a las dos principales proteínas virales –hemoglutinina (H) y neuraminidasa (N)–, que tienen estructuras sutilmente diferentes entre cepas distintas del virus. La cepa H5N1 de la gripe aviar se vislumbraba como una amenaza potencial de generar una pandemia, y la cepa H1N1 ya ha creado la mayor pandemia de la historia: el brote de fiebre española en 1918, que causó la muerte de unos 50 millones de personas.

Además de los virus de influenza porcina conocidos, los cerdos pueden infectarse con virus de influenza aviar, así como con otros que se sabe que causan influenza en humanos. Por eso se cree que los cerdos son crisoles mezcladores en los que los genes de estos virus pueden fundirse o reagruparse en las células infectadas para crear nuevas cepas más virulentas.

Aspecto preocupante

Otro aspecto preocupante del brote en México es que parece afectar a personas jóvenes y sanas en general, más que a los usuales grupos de riesgo, que son ancianos e infantes. Esto tiene un paralelismo inquietante con la pandemia de influenza española de 1918. Por el momento, la OMS está llamando a los países a intensificar sus procedimientos de vigilancia para detectar cualquier incremento en el número de casos de influenza que rebasen los que serían de esperarse de influenza estacional, que constantemente circula entre la población.

Se llevarán a cabo nuevas pruebas y estudios genéticos sobre el virus, en un intento por evaluar su potencial de causar una influenza pandémica. Ya otras pruebas han confirmado que el virus es susceptible por lo menos a una de las principales drogas antivirales, el Tamiflu, que se encuentran acumuladas en preparación a una pandemia.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya