Con más de 100 años de historia el centro deportivo Junior Club fue clausurado de manera arbitraria el pasado martes por la delegación Cuauhtémoc, lo que pone en peligro, dijeron directivos del lugar, las instalaciones de ese espacio por la falta de mantenimiento, además de que afecta a deportistas y socios que todos los días acuden a ese espacio.

Por lo pronto, tendrán que tirarse los 670 mil litros de agua de la alberca, además de que se corre el riesgo de que las canchas de arcilla de tenis, donde entrena parte del equipo mexicano de Copa Davis, se echen a perder por la falta de riego.

Poco más de 30 socios del club realizaron una manifestación frente a las instalaciones del deportivo, en la que cuestionaron que la clausura se haya efectuado a las 23 horas a medidados de semana por irregularidades en el programa de protección civil, pero sin notificarnos ni darnos el plazo de ley para subsanarlas, explicó Carlos Buenfil Piña, presidente del consejo de administración de ese espacio.

Fundado en 1906, el Junior Club tiene más de 82 años de haberse establecido en la colonia Condesa, en la calle de Sindicalismo, es conocido como la catedral del tenis, donde Bruno Echegaray y Santiago González, integrantes del equipo mexicano de Copa Davis, entrenan; además, en sus instalaciones como la alberca y la fosa de clavados se formaron medallistas centroamericanos, panamericanos y hasta olímpicos, como Pilar Roldán.

El centro deportivo atiende a 70 niños y adolescentes, entre los cuales se encuentran ocho ubicados entre los mejores de la República con edades de entre 8 y 16 años, además de que asisten personas de la tercera edad.

Actualmente cuenta con dos mil socios y en los más de 80 años que lleva en la Condesa nunca había cerrado sus puertas. Ahora desde hace cuatro días, no hay acceso al lugar, aunado a que a las instalaciones no se les ha dado ningún tipo de mantenimiento. Tuvimos que apagar la caldera, un tanque de 10 mil litros de diesel, que requiere supervisión; la alberca necesita pasarse por filtros, clorarse, señaló Buenfil Piña.

De acuerdo con las autoridades de la Cuauhtémoc, el lugar no cuenta con salidas de emergencia, a pesar de que se colocaron sellos de clausura en los ocho accesos; tampoco cuenta con suficientes cajones de estacionamiento, pero no toman en cuenta que cuando llegamos aquí no había ni coches, entonces como pueden hacer retroactiva una ley de construcción de data de 2002, cuando nosotros tenemos derechos adquiridos, pues nuestra licencia de construcción es de hace muchísimos años.

Otros argumentos que dan es que “hace falta el letrero que diga ‘aquí no se discrimina’, a pesar de que contamos con instalaciones para personas con discapacidades, o que no está a la vista la lista de precios del restaurante, cuando se trata de un club privado, en el que sólo los socios o sus invitados pueden hacer uso de las instalaciones, es decir, no damos servicio al público”.

Por estas inconsistencias, los afectados interpusieron un amparo, pues además del daño a las instalaciones, nos quitaron un espacio de esparcimiento para niños y adultos, incluso se ha afectado a personas que vienen a hacer ejercicio por prescripción médica.