De su instalación masiva de desnudos en el Zócalo en 2007, el artista neoyorquino Spencer Tunick había mostrado casi todo, menos la fotografía montada ayer en el módulo que tiene la Colección Blaisten/Centro Cultural Universitario Tlatelolco/UNAM, en la feria de arte Zona Maco.

Otro es el caso de las tomas que hizo al día siguiente en el Museo Frida Kahlo.

En entrevista con La Jornada, Tunick expresa: El público ha visto las obras hechas afuera del recinto, pero también tengo una pieza exterior muy bella de las participantes con el cabello destrenzado. También hay muchas obras inéditas realizadas dentro de la casa. El Museo Frida Kahlo se interesa por mostrarlas en una exposición que espero se prepare para dentro de uno o dos años.

–Entonces, ¿planea regresar?

–Sí, tal vez (habrá) una instalación de Frida en otra parte de México.

Tunick vino a la ciudad de México para inaugurar su exposición Citadinos, en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (Ricardo Flores Magón 1, colonia Nonoalco Tlatelolco), donde hoy a las 18 horas charlará con el público.

Respecto de su trabajo en el Zócalo, aclara por qué no ingresaron más personas a esa plancha. En su momento se atribuyó a que no se habían inscrito o llegaron de última hora. “Amanecía a una velocidad alarmante. Inclusive, vine antes con mi técnico para tomar el tiempo con un medidor de luz hasta que el sol salía por encima de Palacio Nacional. Sólo teníamos cierta cantidad de tiempo para lograr las tomas planeadas. Entonces, tuve que parar (el ingreso de personas) o no hubiera logrado una imagen exitosa. (Tenía que terminar el trabajo antes de recibir el reflejo solar en su lente.)

Sabía que necesitaba entre 40 minutos y una hora para lograr la primera toma. Los participantes requirieron de tiempo para ponerse en posición. Así que no tuvo nada que ver con la capacidad ni con el gobierno concediéndome suficiente tiempo, sólo tuvo que ver con la madre naturaleza.

Debido a la actual crisis económica es posible que por el momento Tunick haga instalaciones más pequeñas: “En la actualidad es muy difícil conseguir dinero para el arte. De modo que me he dedicado a realizar piezas más chicas por mi cuenta. Puse un anuncio en un periódico en Hawaii, que atrajo 91 personas para trabajar en una playa cubierta de lava y frente a una cascada.

Para mí, no obstante, el arte resulta una gran inversión en estos momentos. Afortunadamente, la gente todavía compra mi obra. Pero conseguir dinero para proyectos de gran escala de momento está parado.

Agrega: El mundo del arte más bien no tiene que ver con la obra de uno, sino una recomendación de alguien en una posición de influencia. No es un sistema democrático. La creación de mi trabajo siempre ha sido democrática, pero cuando lo exhibo ingreso al sistema de arte, que no lo es tanto. Eso me da gusto, porque de alguna manera es una espada de dos filos. Uno quiere hacer todo lo que ha soñado, pero al mismo tiempo tiene que haber un proceso para editar el arte y la cultura.