Para 2008, menores de entre 10 y 12 años tuvieron contacto con drogas
Miércoles 22 de abril de 2009, p. 5
En los seis años recientes, la edad promedio en que adolescentes probaron por primera vez drogas en México se ha reducido considerablemente, ya que en 2002 se comenzaba a tener contacto con algún estupefaciente entre los 14 y 16 años, mientras que para el año pasado se tuvo registro de que menores de entre 10 y 12 años consumieron algún tipo de enervante, indican informes de inteligencia gubernamental que utiliza la Procuraduría General de la República (PGR).
Según estos informes, a los que tuvo acceso La Jornada, la mitad de los 7 mil 230 jóvenes que fueron detenidos por autoridades federales durante 2007, acusados de diversos delitos, admitieron consumir algún tipo de droga de manera habitual, mientras que mil 179 de ellos estaban bajo el influjo de algún enervante al momento de delinquir.
Estas cifras –recabadas mediante informes de averiguaciones previas– refieren también que casi dos terceras partes de las indagatorias que se iniciaron ese año en las delegaciones estatales de la Procuraduría General de la República por delitos contra la salud, sin el agravante penal de incurrir en delincuencia organizada, fueron por tenencia o posesión de enervantes para su venta, fenómeno que en el argot policiaco se conoce como narcomenudeo.
El reporte interno de la dependencia federal refiere que este fenómeno, que liga al delito del narcomenudeo con la comisión de ilícitos del orden común, afecta principalmente zonas rurales, poblados pequeños, colonias populares y barrios de familias con escasos recursos económicos.
Las mismas estadísticas de la PGR refieren que México ocupa el tercer lugar mundial entre los países que más drogas consumen, sólo por debajo de Estados Unidos y Brasil. En todo el territorio estadunidense se tiene un registro de 35.7 millones de consumidores de enervantes, principalmente drogas sintéticas (metanfetaminas) y mariguana.
En México, el consumo de drogas también es un grave problema. Según las cifras oficiales documentadas por la PGR, sólo entre 2002 y 2008 la ingesta de estupefacientes creció 28.9 por ciento en promedio al año.
Es en ese contexto que el consumo de cocaína en México pasó de 1.3 por ciento en 2002 a 2.5 por ciento en 2008, más del doble. Asimismo, el nivel de ingesta de drogas entre mujeres se duplicó, de 0.9 a 2 por ciento en el mismo lapso.
Al problema anterior –refiere la PGR en su documento estadístico– se suma otro factor: ante la disminución en los ingresos de las organizaciones criminales por los cambios en el consumo de cocaína en Estados Unidos, la delincuencia organizada ha diversificado sus actividades hacia el secuestro, trata de personas, lenocinio, corrupción de menores, tráfico de migrantes y robo de vehículos.