Los grupos parlamentarios de PRI y PRD en la Cámara de Diputados rechazaron la intención de Estados Unidos de instalar en México un centro conjunto de implementación, que no es otra cosa que un centro de espionaje que no debemos permitir y que es el primer paso para el control de Washington sobre las operaciones militares y policiacas en el país.

Ambas bancadas ponderaron la necesidad de que el Senado cite al secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, y a la canciller Patricia Espinosa, para que expliquen los alcances de dicho centro.

El diputado priísta y general en retiro, Roberto Badillo Martínez presentó una iniciativa de ley para el mantenimiento de la soberanía y defensa integral de la nación que, explicó, pretende llenar las lagunas que no permiten establecer cómo actuar como país en caso de una invasión o de un ataque externo.

En conferencia de prensa, el legislador advirtió que la intervención estadunidense en Vietnam comenzó con asesorías a las fuerzas militares francesas, que estaban siendo derrotadas por las vietnamitas. Su postura se centró en la declaración de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien durante su visita al país, hace dos semanas, afirmó que se había acordado instalar un centro conjunto de implementación.

Ese centro es para que ellos manden a sus agentes de información de todas las agencias que tiene Estados Unidos en el mundo para espiar a los gobiernos. Es deplorable que ese centro lo haya anunciado en una conferencia de prensa, teniendo al lado a la canciller, y que ella no haya dicho nada, a pesar de que se trata de un proyecto que afecta al país, afirmó.

Consideró que el Senado, como responsable de vigilar la política exterior, no debe permitir que Estados Unidos comience con una oficina de espías en México y luego se sumen otros actores militares.

También en conferencia de prensa, el diputado Juan Guerra Ochoa aseguró que la intención de ese país es establecer un centro donde converjan la CIA, la FBI, la DEA y otras oficinas estadunidenses “para orientar la labor y las estrategias del Ejército en el combate al narco”.

Sostuvo que si esa oficina integrada por personal de inteligencia de Estados Unidos dirigirá a las fuerzas armadas, como tienen previsto en la Iniciativa Mérida, “ya no habrá soberanía en materia de seguridad, porque el Ejército estará subordinado a un despacho trasnacional para la seguridad interna que pretende regular, a su favor, el control financiero de la delincuencia.