El coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, consideró que se deben cuidar las valientes declaraciones del arzobispo de Durango, Héctor González Martínez –quien dijo conocer el paradero de Joaquín El Chapo Guzmán– y que los gobiernos federal y estatal deben protegerlo.

En conferencia de prensa, el legislador sonorense dijo que valdría la pena que la autoridad no sólo le exija presentar la denuncia o decir públicamente dónde se encuentra este delincuente; (también) deben acercarse al arzobispo y a lo mejor, en un evento de confesión, el religioso les puede dar nuevos elementos sobre el narcotraficante, que por cierto ha sido uno de los ausentes en esa serie de detenciones que se ha anunciado en los pasados días.

En declaraciones por separado, el ex rector de la UNAM y ex procurador general de la República Jorge Carpizo planteó que la PGR debe llamar en privado al arzobispo González Martínez, para que declare si cuenta con mayores datos sobre la ubicación de El Chapo, a fin de ejecutar la orden de aprehensión respectiva.

Señaló que por el hecho de que nadie, ningún mexicano está por encima de la ley, el Ministerio Público federal está facultado para hacer comparecer al prelado.

Carpizo indicó que el religioso actuó de buena fe, pero en forma indebida, pues esa información no se dice en público. Por el contrario, dijo, hay que hacerla del conocimiento de la autoridad en privado, porque si no, se advierte a la otra persona y entonces resulta una declaración escandalosa que no va a tener ningún efecto jurídico.

En la casona de la calle Xicoténcatl, el coordinador de los senadores panistas y presidente del Senado, Gustavo Madero, dijo que acusaciones como las formuladas por el arzobispo duranguense se tendrían que presentar ante las autoridades correspondientes y no en foros mediáticos. Invitó al jerarca católico a que comparta con la autoridad los datos que dice tener.

En tanto, el coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, refirió: Tengo la impresión de que el arzobispo anda medio espantado, porque se le vino encima el mundo; yo no lo descalifico... quizá no midió las consecuencias.