Puebla acaricia su salvación y Toluca el bicampeonato
ecos y Puebla tocaron la gloria, aunque de diferente manera. Ambos equipos aseguraron su permanencia en el máximo circuito; a los Camoteros sólo les faltan dos puntos para rubricar su salvación, cuando quedan nueve por disputarse, mientras Necaxa quedó prácticamente a merced de sus hermanos, América y San Luis, y todo indica que Indios de Ciudad Juárez se enfila sin remedio al despeñadero.
Los de la franja superaron un par de tropiezos y retomaron su papel de equipo revelación del certamen. El panorama no lucía cómodo al cierre del torneo, pues había gigantes en el camino: América, Pumas y Cruz Azul, y fue precisamente el maltrecho cuadro cementero el que cedió ante la enjundia de los necesitados pupilos de José Luis Sánchez Solá.
El singular Chelís integró su grupo con hombres que traían una daga atravesada en el alma, con ganas de tener su revancha en el futbol, como Duilio Davino, quien fue echado en forma ignominiosa tras militar 10 años en el América. Un Daniel Osorno procedente de la primera A con Dorados y el año reciente casi inactivo, además de haber fracasado en sus proyectos económicos.
En el cuadro blanquiazul abundan historias de jugadores que venían del banquillo y del circuito de ascenso, como Manuel López Mondragón y Álvaro Ortiz, y en esos tipos, curtidos por la adversidad, apuntaló su proyecto Sánchez Solá, quien el sábado, tras abandonar el estadio Azul, sonrió ante el grito de algunos aficionados desesperados: “¡Chelís, salva a las Chivas!”
Guadalajara se embolsó el crucial clásico y mandó al América hasta el cuarto lugar del grupo dos. El controvertido Jorge Vergara se pintó de villano al despedir a Omar Arellano Nuño, quien sólo dirigió tres partidos y por dignidad rehusó permanecer como auxiliar de Francisco Ramírez.
Al mandamás rojiblanco le urgía organizar el vestidor, pues ya eran del dominio público las salidas nocturnas de jugadores como Carlos Ochoa y Aarón Galindo. Con su estilo, a gritos y sombrerazos, Vergara metió al huacal a los dispersos. No todo le ha salido bien, nuevos líos en tribunales le esperan relacionados con la conversión de Asociación Civil a Sociedad Anónima del popular equipo.
Tras el fracaso con Sven-Goran Eriksson, Vergara sigue con las riendas del Tri, pero optó por la guardia baja aunque, en efecto, fue el encargado de contactar con Javier el Vasco Aguirre, quien se protegió con toda clase de cláusulas, aunque quedó bajo la marca personal de su ex colaborador Néstor de la Torre, hoy director de las selecciones nacionales.
El Cruz Azul está convertido en un equipo sin corazón, pecho helado que no transmite ni vaho, donde los jugadores disfrutan de abundancia: instalaciones y buenos sueldos, reciben todo a cambio de nada. Un par de subcampeonatos es lo que dejó la restructuración. Sin embargo, el torneo anterior se caracterizó por la mala planeación y pésima elección de refuerzos.
A Benjamín Galindo le quedó grande la silla en el torneo y la Concachampions es ahora su tablita de salvación. En el naufragio no está solo, también Eduardo de la Torre da patadas de ahogado. No estaría nada mal que el Yayo dejara de ser el directivo correcto y acartonado para despotricar un poco en el vestidor, a ver si así logra despabilar a sus aburguesados jugadores.
No solamente se falló en la elección de refuerzos y de oportunidades brindadas, como en el caso del portero Yosgart Gutiérrez, sino que otros elementos que parecían firmes pilares simplemente se tambalearon y perdieron su nivel, como César Villaluz. El central Joaquín Beltrán, excelente persona y con buena ubicación en la cancha, pero la falta de velocidad es su talón de Aquiles.
El campeón Toluca ya está listo para defender su título. Se convirtió en el primer clasificado a la liguilla luego de dar cuenta de Jaguares. América, Chivas y hasta el todavía subcampeón Cruz Azul justifican malas rachas al autodefinirse como el equipo a vencer
. Sin embargo, el verdadero cuadro a vencer ha sido el de los Diablos Rojos.
