Los comicios del próximo 5 de julio están organizados con base en una legislación muy perversa, que conducirá a enfrentar enormes dificultades durante el proceso, afirmó Martha Singer Sochet, politóloga y catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Aseveró que la nueva ley electoral no resolvió temas centrales, como la aplicación de más medidas de transparencia en el ejercicio de los recursos públicos destinados a las campañas, ni determinó una regulación clara acerca de la intervención de los medios de comunicación y tampoco propuso candados para evitar el despilfarro de fondos.

Ante esos vacíos legales, indicó, en las precampañas todo se orientó al esquema que enfrentamos durante las elecciones de 2006, por lo que pareciera que es igual de fácil conducirse en la franja de lo no sancionable, y otra vez presenciamos campañas de descalificación y a un Ejecutivo federal que se acerca peligrosamente al límite de lo permitido durante una contienda electoral

A este escenario se suman desafortunadas declaraciones de ex miembros de su gabinete, como la ex secretaria de Educación Pública Josefina Vázquez Mota quien, por estar en una lista de candidatos plurinominales a la Cámara de Diputados, ya asume que llegará al cargo y, peor aún, que mantendrá la misma línea que le indicó la administración calderonista, cuando se debería fortalecer la separación de poderes.

Todo indica que en el sistema político mexicano se vive una nueva etapa que está llegando a su límite porque, a diferencia del sexenio foxista, hoy enfrenta una crisis económica global y las demandas sociales serán más evidentes, pero se mantiene un esquema de partidos que están cada vez más alejados de la ciudadanía, por lo que continuará creciendo la separación entre representantes y representados, afirmó.

Singer Sochet, especialista en el estudio de la participación política y el sistema de partidos, destacó que “se está enviando un mensaje muy claro a la ciudadanía de que prevalece una continuidad con las viejas políticas de los regímenes priístas, donde el Ejecutivo federal ‘bajaba la línea’ a los legisladores en el Congreso, ellos acataban, la asumían suya y la convertían en leyes”.

En estas condiciones, en los comicios del 5 de julio, cuando se renovarán seis gubernaturas, 12 congresos locales, autoridades municipales y la Cámara de Diputados, los electores no tienen muchas opciones de cambio, que es una de sus demandas legítimas pendientes.

Podemos prever, indicó, que habrá mayor abstencionismo porque es muy difícil que con estas condiciones, el voto se transforme en una verdadera posibilidad de influir en cómo se toman las decisiones de gobierno para abrirlas a una mayor participación social.