Hostigamiento contra la población
os caminos de la selva Lacandona están secos. Los campesinos han empezado a quemar el monte para prepararlo para la siembra. Otros esperarán a que se acerquen las primeras lluvias para iniciar el ciclo y así evitar que se expandan los incendios con las altas temperaturas. El asfalto va ganando terreno en las cañadas. De Las Margaritas el camino ya llega hasta el poblado zapatista de San José del Río, la comunidad anfitriona de la película Corazón del tiempo. Y se espera que llegue hasta la comunidad priísta de San Quintín, que alberga el cuartel militar más grande de la zona. Los camiones repletos de soldados siguen siendo la estampa constante desde el 9 de febrero de 1995, cuando el gobierno federal optó por la militarización y paramilitarización para eliminar a los zapatistas.
Siete gobernadores han pasado por Chiapas desde el inicio de la guerra de enero de 1994. Todos, sin excepción de color o filiación, han enfrentado al EZLN con armas y sin ellas, han intentando todo para minar sus bases y sin ninguna originalidad anuncian cada tanto la defunción del movimiento. La existencia de cientos de comunidades en resistencia afirma lo contrario.
El gobierno de Jaime Sabines continúa la misma política de hostigamiento y en tan sólo una semana ocurrieron dos agresiones que corroboran que Chiapas sigue siendo un polvorín en el que actúan como cómplices todos los niveles de gobierno.
Al grito de ¡Vamos a tomar sangre! ¡Vamos a matar a estos pinches zapatistas!
, los miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de Zinacantán agredieron a las bases de apoyo de Sok’on, poblado despojado de su manantial desde hace nueve años por este mismo grupo. Fue el pasado 12 de abril cuando 26 personas procedentes de Nachij, encabezadas por las autoridades perredistas municipales, amenazaron con picos y palos a la población zapatista. Todo tiene un límite
, advierte la junta de buen gobierno con sede en Oventic. En esta ocasión, señalan, no sucedió nada, sólo porque los zapatistas no caemos en provocaciones (ni) enfrentaremos a nuestros hermanos indígenas, aunque estén siendo usados por el mal gobierno sabinista
.
Por otra parte, en la zona norte del estado el Ejército federal disparó en seis ocasiones para romper el bloqueo que a la altura de las cascadas de Agua Azul organizaron pobladores del ejido San Sebastián Bachajón, en demanda de la liberación de seis tzeltales detenidos y torturados desde el pasado 14 de abril. Al plantón arribaron, además del Ejército, miembros de la Policía Federal Preventiva (PFP) y de la policía estatal, quienes lograron que se levantara el bloqueo, aunque éste fue reinstalado horas más tarde y hasta el momento permanece bajo amenaza.