Cancún, QR., 17 de abril. La política de Estado en México, en cuanto a ciencia y tecnología, carece de objetivos y metas regionales, así como de apoyo para la formación de recursos humanos y asignación de presupuesto, aseveró el coordinador del 21 Congreso de la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico (ADIAT), Juan Pedro Laclette, durante el encuentro en esta ciudad.

Consideró que México debe resolver el individualismo de muchos científicos, el envejecimiento de la planta y la creación de nuevos cuadros.

Durante su participación en la primera mesa de análisis, Laclette subrayó que una verdadera política de Estado en la materia debe contar con al menos cinco puntos, de los cuales en México sólo funcionan tres: el marco legal, la estructura organizacional –organismos gubernamentales, académicos y empresariales– e instrumentos operativos –fondos de apoyo al sector.

Sin embargo, indicó, en el país no avanzamos en cuanto a establecer los objetivos de los sectores salud, industrial y educativo; inclusive se cambian cada año. Además de que es ineficiente la distribución de los recursos humanos y la generación de capital humano capacitado. No se ha avanzado; si no fluye la inversión no hay política de Estado, no hay política que funcione sin recursos.

Modificaciones de raíz

Por otra parte, en la clausura de 21 congreso del ADIAT, especialistas universitarios, investigadores y representantes empresariales que participan en el foro consideraron que para que México tenga mayor desarrollo y supere los rezagos en ciencia, tecnología y educación es necesario modificar y renovar el sistema educativo nacional y la política científica, aun cuando por la primera opción se presentara una confrontación con los intereses del sindicato.

Asimismo, resaltaron la necesidad de vincular a la academia y a la iniciativa privada en el impulso a la innovación tecnológica y científica del país, y debatieron sobre la pertinencia de que el gobierno federal genere una secretaría de educación superior, ciencia, tecnología e innovación.

El secretario general de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Sergio Alcocer, subrayó en la mesa Capital Humano para la Innovación y la Competitividad que no se puede hablar de innovación y desarrollo cuando en el país existen entre 6 y 7 millones de analfabetas.

Indicó que México tiene capacidad para contrarrestar ese rezago educativo, pues el costo de su alfabetización representaría la quinta parte de lo que va a costar la nueva refinería; no es nada contra ese proyecto, sólo ejemplifico para decir que nuestro país sí puede resolver esta asimetría. 

Por su parte, el director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Enrique Villa Rivera, propuso analizar dos posibilidades: modificar las instituciones educativas y las universidades o crear nuevas, bajo otro paradigma.

Indicó que México requiere transformar sus instituciones de educación superior, porque de lo contrario la comunidad científica nacional seguirá hablando, como durante los últimos 20 años, de la poca relación entre los sectores de investigación y producción, y que el país aún no pasa del 0.4 por ciento del producto interno bruto para la investigación y el desarrollo tecnológico, pero tampoco ha cambiado lo que se hace en la universidad, por eso es necesario iniciar procesos de transformación.

De su lado Sergio Alcocer destacó que una de las transformaciones pendientes es vincular las políticas industriales con las educativas, científicas y de innovación. Agregó que es necesario revisar no sólo la labor del sector académico, sino la empresarial, pues esta área no sólo debe contratar científicos para generar proyectos de investigación, sino involucrarse, colaborar y participar en su elaboración.

Añadió que se debe superar el modelo enciclopédico de educación, como en el bachillerato, donde pedíamos que se memorizaran libros; mejorar la enseñanza del idioma inglés, pues a muchos egresados primero los entrevistan en esa lengua y después sobre la disciplina que estudiaron, e innovar en las formas en las que se enseña la ciencia en los niveles básico y medio superior.

En su turno, Rosario Castañón, directora de Transferencia Tecnológica de la UNAM, exigió dejar atrás la retórica gubernamental. Donde se ponen las palabras también hay que poner los recursos.