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Su trabajo cala hondo en una sociedad sedienta de héroes, afirma Carlos Monsiváis

Pedro Infante, extraordinario actor, pese a no haber tenido escuela

No sabemos a ciencia cierta si era buen cantante o de tanto oírlo cada vez es mejor, comentó el escritor, que presentó su libro sobre el ídolo de Guamúchil

También se rindió homenaje a Esperón

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Carlos Monsiváis en Mérida, durante la presentación de su libro la noche del martesFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Viernes 17 de abril de 2009, p. a10

Haciendo un agujero en el tiempo, el escritor Carlos Monsiváis presentó el miércoles pasado en el Lunario del Auditorio Nacional, su libro más reciente: Pedro Infante: las leyes del querer.

El festejo fue por partida doble porque se rindió un homenaje al compositor Manuel Esperón, y la cantante Eugenia León entonó un racimo de los temas emblemáticos de Infante/Esperón contenidos en películas clásicas de la época de oro del cine mexicano.

Al término de la velada multimedia el cronista sentenció: La sesión comprobó la vitalidad del recuerdo. No sabemos a ciencia cierta si Pedro Infante era un buen cantante o de tanto oírlo cada vez es mejor. La incógnita quedó en la memoria para ser despejada por cada uno de los fanáticos de Pedro Infante.

El martes, Monsiváis, en la presentación del volumen en Mérida, Yucatán, señaló: Lo extraordinario de Pedro Infante se nota en sus actuaciones, cuando se ve a sí mismo, cuando su instinto actoral sale a la luz, pese a carecer de técnica y de escuela hasta para el canto. Se inventa y reinventa, el histrión sin escuela que cala hondo en una sociedad sedienta de héroes de carne y hueso, de mexicanos de verdad.

En Pedro Infante, las leyes del querer el escritor desnudó y desmembró la filmografía del ídolo de México, llena de color con películas como Nosotros los pobres. Pero despedazó otras como Tizoc, por el protagonismo no sólo en los créditos, sino en las poses, en las palabras en las miradas de Infante y Félix, a quienes esa vez dijo, la vanidad les impidió actuar.

Dos motivos de festejo

En el Lunario, la velada continuó. Monsiváis anunció: “Esta reunión se debe a la presentación de mi reciente libro Pedro Infante: las leyes del querer. El otro motivo, más importante, es para homenajear a don Manuel Esperón, a quien se le debe gran cantidad de páginas del cancionero popular mexicano, muchas interpretadas por Infante y otros cantantes en varias películas inscritas en la época de oro de la industria cinematográfica nacional...

“Una de las canciones de Esperón que se popularizó más allá de la película La mujer del puerto fue Vendo placer, en la que lo maravilloso de la letra fue que en su coro original decía: ‘vendo placer a los hombres que vienen del mar y se marchan al amanecer otra vez sin pagar’. Eso contrarió a López Méndez, quien dijo que estaba en contra del espíritu romántico que ennoblecía a las prostitutas y las convertía en sirenas”.

El primer número consistió en la proyección de un video para recordar el 52 aniversario luctuoso de Pedro Infante Cruz (1917-1957), en el que se rinde homenaje al popular actor.

Después, la penumbra inundó la atmósfera, interrumpida por tímidas luces que emanaban de las imágenes cinemáticas de cuatro pantallas que trasmitían fragmentos tatuados en la memoria colectiva de las películas de Pedro Infante, mientras Carlos Monsiváis hacía un análisis sociomusical de cada uno de los temas.

Posteriormente, el escritor anunció: “Para continuar este homenaje intervendrá Eugenia León con una de las canciones rancheras del maestro Esperón, que canta Pedro Infante: ‘fuimos nubes que el viento apartó, fuimos piedras que siempre chocamos, gotas de agua que el Sol resecó, borracheras que no terminamos’. Dentro de la poesía ranchera es de lo más acertado, porque somos borracheras interminables”. Eugenia León tomó el escenario y soltó No volveré. Fue recibida con un enorme aplauso del público.

Acompañada como siempre por su guitarrista de cabecera, Cristóbal, Eugenia interpretó además Traigo un amor, con arreglo especial para la cantante, cuya interpretación fue calificada por Monsiváis de extraordinaria.

Para que Eugenia descansara, las pantallas presentaron a Pedro Infante y Jorge Negrete cantando juntos Mía, del maestro Esperón, en la cinta Dos tipos de cuidado. El escritor dijo: Esta película es una comedia de situaciones con lejanas, muy lejanas raíces shakespeareanas.

Después, Monsiváis comentó: “La siguiente canción es uno de los dos himnos que tiene Pedro Infante; llegó casi a domicilio a las familias y, como está cerca el 10 de mayo, Mi cariñito, tema de calidad insuperable”.

Renovador de la crítica

Cabe mencionar que en la década de los 60 Carlos Monsiváis participó en el grupo Nuevo Cine, que renovó la crítica fílmica e impulsó el descubrimiento del cine mexicano, en el cual fue básico el trabajo de Emilio García Riera. En Radio Universidad produjo y escribió durante más de 10 años el programa El cine y la crítica. Por su lado, Manuel Esperón es decano de la cinematografía de México; es compositor de más de 300 canciones de éxito y de la música de alrededor de 500 películas.

Pero lo mejor del homenaje llegó al final, cuando, después de escuchar Amorcito corazón, cantada por Pepe el Toro (Pedro Infante) y silbada por La Chorreada (Blanca Estela Pavón), en la cinta Nosotros los pobres, salió Eugenia para ofrecer su versión del tema emblemático; una parte del público de enfrente intentó emular el silbido, pero se quedó en eso, en un pálido intento. Después Eugenia León besó las manos de Manuel Esperón, gesto que atestiguó Monsiváis. El público abandonó el lugar, insatisfecho, porque en este tipo de veladas nunca hay suficiente.