Como medida de seguridad extraordinaria por la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, desde ayer en la terminal 2 (T2) del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) todos los pasajeros son sometidos a doble revisión al llegar a las salas de última espera.

Desde ese punto es posible observar el hangar presidencial, donde arribará el avión de la Fuerza Aérea estadunidense en que viajará Obama.

La inspección se realiza de manera minuciosa y en cada acceso participan hasta cuatro elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) y dos del Estado Mayor Presidencial (EMP), además del personal de seguridad adscrito a la terminal. Además, se observan más elementos de la PFP, vestidos de civil con arma en la cintura, que realizan rondines permanentes en la T2, incluso en espacios comerciales y áreas de estacionamiento.

Desde anoche se esperaba el arribo al aeropuerto capitalino, en particular a la T2, de elementos de la Armada de México que ocuparán los cinco pisos del estacionamiento, lugar desde el cual también puede observarse el hangar presidencial, por los tragaluces del conjunto aeroportuario.

Acerca del operativo especial de seguridad, el director general del AICM, Héctor Velázquez Corona, informó que se han tomado todas las medidas necesarias para evitar mayores molestias a pasajeros y usuarios, entre ellas la suspensión momentánea de operaciones durante el aterrizaje del avión del presidente Obama y su traslado en helicóptero a la residencia oficial de Los Pinos. Lo que se busca –explicó– es que la vida cotidiana del aeropuerto se desarrolle de manera nornal”.

Sostuvo que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es el más seguro de América Latina, y señaló que las medidas adoptadas por el EMP buscan que no existan contratiempos y se brinde la seguridad necesaria para la visita del presidente de Estados Unidos.

De acuerdo con versiones de algunos controladores aéreos, es muy posible que el EMP solicite que durante la estancia del presidente Barack Obama en el país, que será de menos de 24 horas, se restrinja la navegación aérea en las zonas de la ciudad de México donde se reúna con su homólogo mexicano, Felipe Calderón, a efecto de desviar los aviones durante ese tiempo y guiar a las aeronaves para que tomen otra ruta para arribar al aeropuerto capitalino.

Las medidas de seguridad se fortalecieron notablemente en el hangar presidencial, que se ha convertido en un bunker, que por ahora resguarda los helicópteros y aviones cargueros estadounidenses, trasladados para la visita.