En una embellecida y blindada residencia oficial de Los Pinos, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, será recibido este jueves por Felipe Calderón Hinojosa.

Elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP) y personal contratado ex profeso se dedicaron el día de ayer a acicalar la casa presidencial, lo que incluyó la ampliación de la puerta cinco, por donde ingresarán ambos mandatarios a la residencia Miguel Alemán.

El pasto de los jardines que rodean la plaza Francisco I. Madero, donde será la ceremonia oficial de bienvenida, fue pintado para dar mayor brillo a su color natural e incluso las tapas de las alcantarillas tuvieron retoques de pintura gris.

Por primera vez en una ceremonia de este tipo, habrá gradas metálicas alrededor de la plazoleta para dar cabida a cientos de invitados.

Funcionarios de la Presidencia de la República cuidaron todos los detalles, junto con personal de la embajada de Estados Unidos, que ayer estuvieron en Los Pinos para revisar el montaje final del gran escenario y el acondicionamiento de las salas donde se realizarán los encuentros entre Barack Obama y Felipe Calderón.

Como ocurre en estas visitas, en el perímetro que abarca la casa presidencial, el hotel Presidente Intercontinental y el Museo Nacional de Antropología, se colocaron en los postes pendones de plástico con las banderas de México y Estados Unidos.

El patio central del museo, que será escenario de la cena que Calderón ofrecerá a Obama y a un centenar de invitados, también fue acondicionado para ese fin y los jardines cercanos fueron limpiados y arreglados.

Con el paso de las horas, la casa presidencial se convirtió en un búnker, ya que en los alrededores se instalaron vallas metálicas y arcos detectores de metales. La vigilancia se incrementó en Los Pinos y se controló de manera exhaustiva el ingreso a distintos puntos del inmueble, por lo que se hicieron inusuales y estrictas revisiones de gafetes e identificaciones.

Lo mismo ocurrió en el Museo de Antropología y en los alrededores del Presidente Intercontinental, donde el EMP y el servicio secreto estadunidense reforzaron las medidas para resguardar la seguridad de Obama durante su estancia de menos de 24 horas en México.