entro de pocos días daremos la bienvenida, en Trinidad y Tobago, a los líderes de 33 otros países del hemisferio occidental, en el contexto de la quinta Cumbre de las Américas. La reunión se realiza en un momento complejo, en que el mundo enfrenta una crisis económica de la cual ningún país, por más grande o pequeño que sea, quedará inmune.
Las pequeñas economías del Caribe son particularmente vulnerables y las caídas en el número de visitas turísticas, en el flujo de remesas y en las exportaciones ya están produciendo síntomas preocupantes. Como productor de energía, mi país se ha beneficiado en los años recientes de un nivel de crecimiento robusto; sin embargo, nosotros también estamos sintiendo los primeros efectos del declive mundial.
Esta crisis amenaza profundizar las debilidades económicas que ya existen en la región o incluso exponernos a otras nuevas. Aunque en la reciente cumbre del G-20 se tomaron pasos prometedores para mitigar el impacto de la crisis en las economías emergentes, el proceso de recuperación sin duda será largo y encontrará obstáculos en el camino.
Frente a este panorama, la Cumbre de las Américas –que tendrá lugar del 17 al 19 de este mes en Puerto España– no ofrecerá ninguna solución mágica, pero sí nos dará la oportunidad de reagruparnos como región y rexaminar cómo podemos proseguir de manera más efectiva. He conversado recientemente con varios líderes de América Latina y el Caribe y puedo percibir un gran interés en la perspectiva de trabajar con el presidente Barack Obama. Esperamos ver un Estados Unidos nuevamente comprometido con la región, en el contexto de una relación de cooperación y respeto mutuo.
Aunque en Puerto España tendremos presentes las demandas urgentes de la crisis económica, también somos conscientes de la necesidad de afrontar nuestros retos de largo plazo. La agenda hemisférica debe atender las necesidades sociales, como el fortalecimiento de la seguridad alimentaria, el mejoramiento de la educación y servicios de salud; la reducción de pobreza, crimen y violencia, y la creación de empleos decentes. Al mismo tiempo, hay que dar respuesta a la necesidad de contar con recursos energéticos diversificados y proteger al medio ambiente.
El tema que hemos escogido para la quinta cumbre –Asegurar el futuro de nuestros ciudadanos promoviendo la prosperidad humana, la seguridad energética y la sostenibilidad ambiental
– refleja algunas de las prioridades que debemos abordar para que nuestros ciudadanos y ciudadanas puedan participar plenamente en la sociedad, beneficiarse del desarrollo económico y disfrutar de la paz y prosperidad en sus vidas cotidianas. Éste es el gran desafío en una región que abarca una riqueza y diversidad de recursos naturales y talento humano, pero que, sin embargo, continúa siendo afectado por niveles inaceptables de pobreza y desigualdad.
Los 34 países que participan en la cumbre han llegado a un consenso sobre el proyecto de Declaración de compromiso de Puerto España, tras varios meses de negociaciones sobre cómo podemos actuar colectivamente ante una serie de retos. Desde un principio, mi gobierno ha buscando mantener el enfoque en las políticas y prioridades que conduzcan a cambios reales en la vida de la gente, desde la promoción de educación temprana y la conservación energética, hasta la mitigación de los efectos del cambio climático.
En este proceso de definir un plan regional para el futuro, no sólo hemos conversado entre gobiernos, sino que hemos consultado ampliamente con representantes de organizaciones no gubernamentales, instituciones académicas y el sector privado, entre otros. Estoy seguro que al implementar los compromisos que adoptemos en Puerto España, veremos resultados positivos para los ciudadanos y ciudadanas de toda América.
Para un país del tamaño de Trinidad y Tobago, auspiciar un encuentro de esta magnitud representa un esfuerzo significativo. Nosotros lo vemos como una inversión en el futuro, una oportunidad para que nuestro país, y de hecho todo el Caribe, tenga mayor voz en la comunidad internacional y la posibilidad de contribuir a la agenda hemisférica del mañana.
En el mundo escéptico en que vivimos, pareciera fácil decir que las cumbres sólo sirven para producir palabras, pero la verdad es que nos necesitamos hoy más que nunca. Tal como nos recuerdan estos tiempos económicos, nuestros países son interdependientes e interconectados. Al fortalecer nuestra cooperación y solidaridad, todos nos beneficiamos. La reunión en Puerto España nos da la oportunidad de renovar nuestro compromiso de enfrentar juntos los desafíos que todos compartimos.
* Primer ministro de Trinidad y Tobago