La Habana, 15 de abril. La liberación de viajes y remesas de los cubanos que viven en Estados Unidos es un agujerito en el bloqueo a Cuba, que puso en un alto nivel de interés la demanda de que los estadunidenses también puedan viajar libremente a la isla, dijo a La Jornada el politólogo cubano Rafael Hernández. Si eso ocurre, no será un agujerito, sino un hueco.

Hernández, director de la revista Temas, de ciencias sociales, e investigador del conflicto entre los dos países, dijo que no hay señales de diálogo, pero ambos gobiernos pueden tomar medidas unilaterales, como la decisión ya cocinada en La Habana de eliminar el permiso de salida del país en su forma actual o que Washington reanude la expedición de visas a artistas y académicos.

Para permitir la libertad de viaje de los estadunidenses, Barack Obama no tiene más que abstenerse de vetar la legislación propuesta en ambas cámaras, señaló el experto.

Si el Congreso la aprueba, va a tener un efecto importantísimo, porque da la casualidad de que el turismo es la primera industria de Cuba. El bloqueo va a permanecer ahí, pero agujereado. Será una pared que tiene huecos de tales dimensiones que ya no servirá como pared. ¿Y qué va a hacer el gobierno cubano cuando dejen venir a los estadunidenses? Pues dejarlos entrar. ¿Acaso les va a negar la entrada? Porque yo he oído esa cosa loca. A mí no se me ocurre que eso pase. Sería una cosa delirante.

–Si ahora no hay diálogo, ¿qué está pasando?

–Acabo de leer un artículo que dice que la pelota está del lado cubano. No es que no entiendan las implicaciones, es que no leen el contenido. ¿Cómo la pelota va a estar del lado cubano, como si aquí hubiera límites para las remesas? La agenda entre Cuba y Estados Unidos no ha sido colocada en el tapete. Nadie ha dicho que existe la intención de sentarse a negociar con el gobierno cubano. Nada de lo que decidieron son puntos de agenda. Nadie ha hablado de levantar el bloqueo.

–El senador Lugar habló de migración y narcotráfico y luego Fidel Castro agregó la presencia de Cuba en la lista de países patrocinadores de terrorismo y la Ley de Ajuste…

–Esos sí son puntos de agenda. Eso sí es negociación. Las medidas sobre telecomunicaciones son parte de un hueco en el bloqueo que ya existía y en el que ahora han incluido aspectos específicos. Hay cosas que requieren el trato bilateral. Discutir un acuerdo sobre narcotráfico, aunque no se diga así, ya es negociación. Permitir que viajen los cubanoestadunidenses no es negociación, porque Cuba no tiene nada que hacer, sólo recibirlos. Otra cosa es que ahora Cuba relaje más sus regulaciones sobre migración. Pero son dos cosas separadas.

–¿Y se puede esperar esa relajación?

–Yo creo que sí. Los cubanos que vienen de Estados Unidos llegan con un permiso de estancia de 30 días. Si quieren quedarse más tiempo tienen que pagar. El mecanismo de migración podría preguntarse si no sería conveniente flexibilizar esto. Igual que ha sido una iniciativa de aquí mejorar la organización y la eficiencia del servicio de aduana.

–¿Y el permiso de salida?

–Estoy convencido de que eso depende de una sola decisión. No conozco a nadie en el gobierno con quien yo haya hablado que no me diga que ya eso es una política escrita, formulada y hasta plasmada. Es la alternativa de que la gente al recibir su pasaporte reciba automáticamente un permiso de salida por dos años. Todas las veces que salga en esos dos años no tiene que ir a pedir permiso de salida. Ese pasaporte se renueva cada dos años, de manera que se renueva el permiso para salir. Y después será cada tres, cada cuatro…Se pagará por un permiso de salida más extenso. Esa política se puede aplicar mañana.

–Hay que esperar la decisión…

–Creo que la decisión está en el más alto nivel. Creo que el contenido ya está consensuado. Es una política que está ahí, en el horno, ya está cocinada. La sacarán del horno en el momento que quieran.

–¿Y Estados Unidos?...

–Pueden empezar a darle visas a académicos y artistas, sin necesidad de un acuerdo, sin firmar nada. Es un acto administrativo, sin cambiar la letra de la política existente. Sin costo político. Sentarse a negociar el bloqueo sí es costoso, porque hay gente que allá sigue presionando en sentido contrario. Pero para cambiar la política no es necesario que se sienten a levantar todos los tornillos del bloqueo. Simplemente que se sienten a hacer cosas que rompan con la lógica del bloqueo.

–Se pueden dar pasos…

–No soy optimista. Lo que creo es que puede que esto vaya más rápido de lo que uno cree, porque en materias como migración, narcotráfico, protección al medio ambiente, los dos lados se pueden sentar mañana mismo a negociar cosas concretas, porque existe interés bilateral. El tema de las interferencias radioeléctricas, de las transmisiones hacia Cuba… eso puede ser un acuerdo fronterizo que existe entre países, muy normal. Mañana mismo podemos hacer un acuerdo de intercambio entre la televisión pública de Estados Unidos y la televisión cubana.