El proyecto arquitectónico ganador para ser el monumento emblemático Arco del Bicentenario fue el que presentó un grupo de 20 jóvenes arquitectos encabezados por César Pérez Becerril, según el fallo que ayer dio a conocer José Luis Cortés Delgado, presidente del jurado, en el museo Tamayo.

El también arquitecto destacó que ese proyecto es emblemático de un México moderno: es una torre de luz innovadora, resuelto como plaza y como monumento de remate de Paseo de la Reforma; su esbeltez es significativa, es una propuesta sencilla y elegante, simple y eficaz. Es una escultura racional y adecuada, llega al piso de manera tranquila y es respetuosa con la puerta de los Leones, entrada del Bosque de Chapultepec y con el edificio de la Secretaría de Salud.

El proyecto, abundó Cortés Delgado, resalta los recorridos peatonales, integrando al contexto urbano; gana un gran espacio público para el peatón y enriquece el espacio existente; es abstracto y contemporáneo, se presenta como una gran estela y proyecta una imagen de serenidad.

Por su parte, Pérez Becerril, en representación del grupo ganador, destacó que se trata de un elemento de 104 metros de altura, de placas de cristal de cuarzo, que representa dos veces 52, que es el ciclo de las culturas mesoamericanas. El proyecto se basa en nuestras raíces prehispánicas. La plaza es un elemento complementario pensando en la gente, por lo que nos extendimos hacia el poniente. Nuestra preocupación fue ofrecer un espacio donde se pueda convivir.

El acto fue presidido por Fernando Gómez Mont, titular de la Secretaría de Gobernación.