Sus medidas se quedan cortas frente a las que adoptaron Carter y Clinton, sostiene
Fidel Castro aclara que son necesarias otras decisiones como eliminar la Ley de Ajuste Cubano
Miércoles 15 de abril de 2009, p. 32
La Habana, 14 de abril. Los cambios que anunció el gobierno de Barack Obama en la política hacia Cuba son significativos
, pero mucho menos
que los adoptados en su momento por los presidentes Jimmy Carter y Bill Clinton, y esta vez los viajes de los emigrados a la isla quedarán fuertemente impactados
por la crisis en Estados Unidos, dijo a La Jornada una de las más importantes investigadoras estadunidenses sobre las relaciones entre los dos países.
Lorena Barberia, integrante del comité académico en el Programa de Estudios Cubanos que desarrolla el Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard, calculó que, a pesar de la limitación económica, los viajes de los cubanos que visitan a sus familiares en la isla podrían subir a un poco más del doble de su nivel actual.
En su mandato (1977-1981) Carter ejecutó un cambio histórico
cuando reconoció la plena libertad de viaje a la isla, para cubanos y estadunidenses, después de que ese movimiento se había restringido a partir de 1963, recordó la especialista, respondiendo preguntas de este diario por correo electrónico.
Ronald Reagan reimplantó las restricciones en 1982, que fueron endurecidas más tarde. Las decisiones de Obama son importantes porque representan un cambio de las políticas impuestas por George W. Bush, pero son limitadas
, si se comparan con el periodo de apertura total de hace tres décadas, dijo la investigadora.
Barberia, coeditora en 2004 de un volumen de ensayos sobre economía cubana, añadió que las decisiones de Obama sobre el envío de remesas también se quedan cortas frente a lo que decidió Bill Clinton en 1999, cuando permitió que cualquier persona en Estados Unidos enviara dinero a cualquier otra en Cuba, fuera o no un familiar cercano, con excepción de miembros del gobierno o del Partido Comunista.
Bajo las nuevas reglas, las remesas tienen que estar destinadas a algún familiar hasta el tercer grado de consanguineidad, con la misma excepción.
Si se toma como referencia 2003, un año antes de que Bush impusiera la restricción de que los cubanos residentes en Estados Unidos sólo viajaran una vez cada tres años a la isla, se estima que el promedio de emigrados que visitaron Cuba llegó a cerca de 125 mil, señaló la experta.
Obama permite ahora que los cubanos residentes en Estados Unidos viajen cuantas veces quieran, por lo que es razonable esperar que habrá un aumento significativo
en esos viajes, que ahora están en cerca de los 60 mil al año, añadió Barberia.
Pero este flujo también quedará significativamente limitado por las condiciones internas en Estados Unidos. Específicamente, la demanda de viajes a Cuba se verá fuertemente impactada por la persistente crisis económica estadunidense y el precio de los viajes desde Miami
.
Parece que veremos que el número total de viajeros cubano-estadunidenses aumentará a un nivel de entre 125 mil y 150 mil al año
, dijo la especialista.
Barberia indicó que, para evaluar la posible repercusión de la apertura a las remesas, puede regresarse a la liberación acordada por Clinton en 1999, cuando el flujo llegó a estimarse en un rango de entre 800 y mil millones de dólares, aunque subrayó que la cuantía de esos envíos es muy difícil de evaluar porque en gran parte corren por vías informales.
Fidel Castro recordó este martes la invasión patrocinada por Estados Unidos que fue derrotada en Playa Girón, en el suroeste cubano, hace 48 años. El líder cubano dijo en un artículo que la decisión de Obama de aliviar las restricciones a los viajes en sí es positiva, aunque mínima
, pero apuntó que hacen falta otras muchas
medidas, como la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano (1966), que otorga la residencia a los originarios de la isla que llegan a Estados Unidos por cualquier vía, incluso ilegal.
En la línea que ha mantenido en los últimos días, añadió que no deseamos lastimar a Obama en lo más mínimo
, pero hizo notar que el presidente estadunidense puede gobernar sólo cuatro u ocho años. Tras él, sin embargo, puede venir otro igual o peor que su antecesor
.
En un segundo comentario, Castro ratificó la conocida posición cubana de rechazar su reincorporación a la Organización de Estados Americanos (OEA), pero señaló que será un privilegio conocer
lo que se diga en la Cumbre de las Américas, que sesiona este fin de semana en Trinidad y Tobago.