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El legendario bailarín estadunidense festeja su cumpleaños 90

Merce Cunningham persiste en desatar innovadoras potencias en la danza moderna

Junto a Martha Graham y George Balanchine es considerado el coreógrafo más influyente de EU

Mis obras nada tienen que ver con el pensamiento; sólo trabajo con el cuerpo, afirma

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Merce Cunningham en pleno baile
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El coreógrafo
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El artista aparece acompañado del compositor John Cage, su pareja durante 50 años
 
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de abril de 2009, p. 5

Nueva York, 14 abril. Parece un destino especialmente amargo que justamente Merce Cunningham sufra de artritis, ya que es considerado uno de los más grandes coreógrafos de danza moderna de su tiempo.

Sin embargo, ni su enfermedad ni su edad afectaron sus ganas de experimentar y su capacidad creativa: desde los años 90 desarrolla, con un programa de computación especial, sus provocadoras y complejas variaciones.

Hace poco que ya no sale de gira con su Merce Cunningham Dance Company, creada en 1953, en Nueva York. Este jueves, 16 de abril, cumple 90 años.

Unas 200 coreografías forman parte de su repertorio, impregnadas por el dadaísmo hasta el posmodernismo. Junto a Marta Graham y George Balanchine, es considerado el bailarín y coreógrafo más influyente de Estados Unidos.

Creatividad al lado de Cage

Cunningham, nacido en 1919 en la pequeña localidad de Centralia, en el estado de Washington, siempre desató nuevas tendencias estéticas. Introdujo el pop art y el happening en el mundo de la danza, y creó Mixed Media y el no ballet.

No me volví bailarín, siempre bailé, afirma. Su madre contó una vez en un documental para la televisión (A Lifetime of Dance) que a los cuatro años ya bailaba en el pasillo de la iglesia durante la misa. Desde entonces, esa pasión nunca lo abandonó. De adolescente aprendió bailes de salón y tap, y luego acudió con Martha Graham, en cuya compañía fue bailarín solista hasta 1945. En los años 50 fundó su propio grupo de baile, con el que cosechó triunfos en todo el mundo. En 1999, en su cumpleaños 80, bailó en Nueva York, Ocassion Piece, junto a Mijail Barishnikov .

Al comenzar su carrera, los críticos lo consideraron el bailarín lírico más bello de Estados Unidos. Admiraban el arco de su pie, su larga espalda y sus impresionantes saltos, que si bien eran poderosos parecían ligeros. Más tarde, sus creaciones se volvieron un poco difíciles de digerir para el público.

Al contrario que Marta Graham, la gran dama de la expresión corporal, en las piezas de Cunningham no hay una acción estricta, tampoco unidad de música y movimiento; no hay perspectiva, lógica pensada, sino sólo movimiento orgánico: Mis coreografías nada tienen que ver con el pensamiento. No trabajo con imágenes o ideas, sino con el cuerpo, dice el bailarín.

La teoría de la relatividad de Einstein inspiró su concepto central: Leí a Einstein por pura casualidad. Él dice que no hay puntos fijos en el espacio y yo pensé: eso va justo con mi opinión acerca del espacio en el escenario. Dondequiera que uno esté parado, ése es el centro.

Cunningham encontró su socio perfecto en John Cage, con quien trabajó más de 50 años hasta la muerte del compositor. Se conocieron en 1938 en la Cornish School of the Arts, en Seattle, y desarrollaron varios proyectos.

La danza, la música, los decorados, el vestuario y la luz son para Cunningham creaciones artísticas independientes que no se refieren la una a la otra. Varios artistas, como Jasper Johns y Robert Rauschenberg, se sintieron atraídos por esta propuesta.

Andy Warhol, por ejemplo, creó para Cunningham un decorado con almohadones plateados llenos de helio.