Si los conflictos mundiales continúan, en unos 50 años Occidente terminará convirtiéndose en un conglomerado de repúblicas de inmigrantes y Europa tendrá una población donde lo normal será el mestizaje más intenso, a pesar de la cruenta batalla que hoy se libra contra los inmigrantes, afirmó el escritor José María Pérez Gay al iniciar el seminario sobre el libro La crisis de las utopías, de Víctor Flores Olea.

En el encuentro, realizado en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la Universidad Nacional Autónoma de México, se reunieron también el filósofo Bolívar Echeverría y el investigador Luis Arizmendi para comentar el primer capítulo titulado El marxismo occidental, del texto que está en preparación.

Pérez Gay propuso incluir en el trabajo de Flores Olea a Ernst Bloch, a quien calificó como el filósofo de la utopía, que reflexiona sobre la dimensión utópica del ser humano en relación con la filosofía marxista, pero el alcance de su indagación va mucho más allá de cualquier ortodoxia ideológica para convertirse en una honda investigación sobre los aspectos esenciales de la frágil existencia humana.

En cuanto al asunto de los inmigrantes, el también diplomático dijo que en algunos años, dadas las tendencias mundiales, las personas “tenderán a amalgamarse, a mezclarse; me puedo equivocar, pero los inmigrantes no van a estar siempre recluidos en pequeños núcleos.

“Este Occidente que imagino también será muy atractivo en sus conflictos. La lucha de clases permanecerá, pero sus matices serán otros. No puedo decir cuáles. Los europeos, les guste o no, deben hacerse a la idea, será un proceso lento, difícil, conflictivo pero inevitable.

No creo que el problema del racismo y la xenofobia se resuelva con buena voluntad y sentimientos altruistas o humanitarios, si además hay una cierta tendencia a la hipocresía, porque la gente que critica los altercados de carácter racista, los periodistas, los intelectuales, viven en barrios privilegiados donde no se producen problemas, el conflicto existe, es verdad, hay una fricción real y los buenos sentimientos sólo sirven para hacer demagogia del marxismo occidental ante tal panorama.

Pérez Gay señaló que después de descartar al anarquismo y al socialismo realmente existente, “lo único que permanece es una revolución profunda que ha cambiado los hábitos de la sociedades avanzadas, y esta revolución es la de las mujeres.

El siglo XX, a diferencia del XIX, no se caracteriza por haber sido muy productivo en ideas. El nazismo, el estalinismo o el franquismo son ideologías totalitarias, nada originales y muy vengativas para todos nosotros. Por eso, la única revolución que va a resistir el paso del tiempo y que es enormemente positiva, es el cambio de la posición de la mujer; eso sí es un alcance que propondría que se agregara al libro.

Insatisfacción en el siglo XXI

Flores Olea señaló que la motivación central del libro La crisis de las utopías es la insatisfacción que existe en el siglo XXI en torno a los regímenes, los sistemas sociales, políticos y económicos. Además, explicó que el volumen también abarca la historia del siglo XX, el capitalismo y el socialismo, así como el abandono de ideas que inspiraron la revolución socialista.

Al referirse al primer capítulo que aborda la obra de Georg Lukács (1885-1971), Antonio Gramsci (1891-1937) y Ernest Mandel (1923-1995), Bolívar Echeverría propuso incluir una reflexión sobre los conceptos marxismo y Occidente.

Luis Arizmendi explicó las diferencias entre capitalismo decadente y capitalismo en decadencia, y exhortó a superar el límite del marxismo clásico.

El seminario continuará hoy con el análisis de los capítulos La URSS y su colapso, y China: del socialismo al capitalismo. Participarán: Enrique Semo, Manuel Aguilar, Jorge Eduardo Navarrete y Elvira Concheiro. La cita es a las 10 horas en el auditorio del CEIICH (Torre II de Humanidades, cuarto piso, Circuito Interior, Ciudad Universitaria).

El debate en torno al libro Las crisis de las utopías, de Víctor Flores Olea, concluye el jueves.