El Museo Histórico de San Miguel de Allende, cuya reinauguración se realizó el pasado 4 de abril, es el primero que se abre al público de los 12 recintos que forman parte de la ruta museográfica de las conmemoraciones del bicentenario y centenario de la Independencia y la Revolución, respectivamente, la cual incluye también los museos de Dolores Hidalgo y de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato.

Este sitio fue la casa familiar de Ignacio Allende, y durante dos años fue sometido a una restructuración integral, que dotó al espacio de un discurso académico sólido y actualizado, vinculado con la vida del personaje insurgente y su papel protagónico en el inicio de la lucha armada.

Para la restauración se invirtieron cerca de 7 millones de pesos, y es el primero de 12 museos ubicados en 10 estados que formarán parte de la ruta conmemorativa.

El recinto, fundado en 1990, cuenta con un par de patios y 24 habitaciones; a través de seis salas hace un recorrido por la fundación de la Villa de San Miguel el Grande, la Ruta de la Plata, los antecedentes genealógicos del caudillo y el desarrollo de la Independencia, con ambientaciones de la época.

La actualización del guión museográfico toma en cuenta la importancia de San Miguel el Grande como centro industrial y comercial del Bajío, así como cuna ideológica de la Independencia.

Rico acervo

La actual museografía se divide en varias áreas: Sala Introductoria, Siglo XVI, Siglo XVII y XVIII, Reformas Borbónicas, Memorial, Pulpería y Botica.

En la planta alta del inmueble el recorrido se hace a partir de las salas tituladas Ambientaciones históricas, El inicio de la guerra de Independencia –donde se ofrece una síntesis de los acontecimientos del 15 de septiembre de 1810 al 21 de marzo de 1811, fecha esta última en que fueron aprehendidos los principales líderes del ejército insurgente–, Proceso, prisión y muerte de Ignacio Allende y Perfil de un héroe.

Asimismo, entre el numeroso acervo que resguarda el recinto se exhiben dos facsímiles de los estandartes usados por Allende durante la Independencia, que fueron llevados como trofeos de guerra a España por el general Félix María Calleja.

Además, se muestran documentos procedentes de los archivos General de la Nación y del parroquial de San Miguel Arcángel, Guanajuato, entre los que figuran constancias de bautismo, actas de matrimonio y cartas de defunción, que recopilaron, en ardua labor de investigación, las historiadoras Guadalupe Jiménez y Graciela Cruz, especialistas en la guerra de Independencia y la vida de Ignacio Allende.

También cuenta con cédulas sonoras para dar contexto a las salas y los visitantes podrán observar documentales que narran las batallas en las que participó el caudillo.

Colaboración nacional

La exhibición incluye espacios ambientados en la época colonial, como las accesorias, por ejemplo una botica, que cuenta con los muebles originales restaurados y todos sus productos.

Para conjuntar el acervo participaron los museos nacionales de Antropología, de Historia Castillo de Chapultepec y del Virreinato, así como el de El Carmen, el Regional de Guanajuato Alhóndiga de Granaditas y el Museo Franz Mayer, entre otros.

El guión museográfico, a cargo de la historiadora Guadalupe Jiménez Codinach, y el concepto del recinto, de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia, ofrecen ahora un recorrido completamente renovado.

La antigua droguería funcionó hasta el siglo XX; sin embargo, en 1919 se cambió de esquina, ya que parte de la casa fue vendida en una operación entre particulares.

El Museo Histórico de San Miguel de Allende cerró en octubre de 2007 para las obras de restauración, entre ellas instalación del sistema de drenaje; renovación de instalación eléctrica; dotación de equipos de seguridad y de iluminación; mantenimiento mayor de carpintería y protección de maderas históricas; restitución de aplanados en muros y tono original de pintura en el inmueble colonial (fusiona dos estilos arquitectónicos: el barroco y el neoclásico del siglo XVII); impermeabilización de cubiertas, y adecuación de servicios sanitarios.

Este recinto forma parte de los inmuebles históricos de San Miguel de Allende incluidos en la declaratoria de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, como Patrimonio Mundial, y fue inscrito en 2008.