Cumplen un mes en un predio de la CNDPI
Viernes 10 de abril de 2009, p. 24
San Cristóbal de las Casas, Chis., 9 de abril. Las 316 familias que ocupan desde hace semanas seis hectáreas propiedad de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNDPI), ubicadas en esta ciudad, celebraron un convivio para dar gracias a Dios
porque las autoridades no las han desalojado.
Mariano Jiménez, uno de los dirigentes de los invasores, informó que en pláticas que sostuvieron en días recientes con el gobierno de Chiapas, éste les ofreció comprarles terrenos en otro lado, a condición de que abandonen el predio de la CNDPI, pero las 316 familias lo han rechazado.
Dijo que antes de negociar una posible reubicación, los paracaidistas exigen la liberación incondicional
de sus cinco dirigentes detenidos en días anteriores, la cancelación de 14 órdenes de aprehensión en su contra emitidas por la invasión, y el pago de los daños que la policía municipal ocasionó a sus bienes el 26 de marzo pasado, durante un frustrado operativo de desalojo.
Los integrantes del Consejo de Representantes Indígenas de los Altos de Chiapas (Criach), que el 9 de marzo se posesionaron del predio de la CNDPI –que desde 1994 tienen en comodato organizaciones agrupadas en las Regiones Autónomas Pluriétnicas (RAP)–, comenzaron su celebración con una visita a tres templos católicos, y a su regreso al predio colocaron en una choza de cartón un altar tradicional chiapaneco con velas, una imagen de San Judas Tadeo, incienso, posh (aguardiente de maíz), agua y refrescos.
Estamos contentos porque ya cumplimos un mes aquí; le estamos pidiendo a Dios que nos cuide y que haya una solución inmediata (en cuanto a la posesión del terreno que ocupan) para no estar en la incertidumbre
, comentó una de las indígenas que prepararon el altar.
Ya resistimos un mes y estamos pidiéndole a Dios que nos dé fuerzas para seguir adelante, que nos escuche el gobierno, que no haya violencia, porque nuestra decisión es permanecer en estos terrenos, ya que no tenemos donde vivir
, insistió.
El convivio consistió en que muchos de los indígenas comieron pollo en caldo y bebieron refresco junto a un modesto aparato de sonido, y por la noche del jueves hubo tamales con café y pan.
Jiménez dijo que al momento corren rumores de que se les pretende desalojar con la fuerza pública, pero esta vez no nos van a agarrar desprevenidos, como el 26 de marzo
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