Pese a no estar bien en el campeonato mexicano, es para la historia que Cruz Azul llegue a su tercera final consecutiva, resaltó ayer Cristian Riveros.

Los Cementeros disputaron el título en los dos recientes torneos del futbol nacional y el pasado martes se ganaron el derecho de jugar la final de la Liga de Campeones de la Concacaf.

Ojalá la tercera sea la vencida, apuntó Riveros, ya que en las otras dos finales tuvieron que contentarse con el subcampeonato.

El partido definitivo de la Concachampions será fuera del estadio Azul, porque corresponderá a la cancha del Atlante ese honor. Tenemos que tratar de mejorar en todos los aspectos; acá en casa sacar un buen resultado y luego ir a definirlo allá, sostuvo el mediocampista.

Sin embargo, el encuentro de ida se lo perderá Riveros por su expulsión en el partido contra Islanders de Puerto Rico. Ojalá sea este juego nada más, comentó, y consideró injusta la decisión del árbitro canadiense Paul Wards. Aseguró que viendo la repetición de la jugada todos opinan que no merecía la tarjeta roja.

Confesó que a La Máquina le preocupa este tipo de arbitrajes, ya que al final les afecta. La verdad nos complicó bastante en el partido, pero hablando con los compañeros este silbante siempre es así. La semana pasada le tocó también a la selección nacional.

Y como el trabajo del nazareno en el Atlante-Santos del pasado miércoles para él fue de regular a malo, pidió a la gente de la Concacaf que ponga más atención en eso y para la final mande a silbantes mexicanos: pienso que sería lo más justo y aceptable para los dos equipos.

En relación con las críticas del vicepresidente del equipo, Alfredo Álvarez Cuevas, el jugador celeste dijo que las respetaban e intentarán sacar adelante al equipo en la liga local, aunque nuevamente están en una final y eso no es para dar vergüenza.