Miércoles 8 de abril de 2009, p. 10
Entre diciembre de 2006 y marzo de 2009 se han producido 10 657 muertes violentas relacionadas con el tráfico de drogas; de los fallecidos, 988 eran policías. La mayoría –nueve de cada 10– eran integrantes de la delincuencia organizada. “Lento, pero seguro, los cárteles están entrando en un estado de fragmentación y autodestrucción”, afirmó Eduardo Medina Mora, titular de la Procuraduría General de la República (PGR), en San Diego, California, durante la reunión anual de la Associated Press.
Estamos siendo testigos de una importante ola de arrestos que tienen que ver con esta actividad ilegal. Más están por venir. Sin embargo, el éxito no está garantizado; debemos ser implacables, no podemos dejar que se reconstruyan
, afirmó.
En México, la PGR dio a conocer el discurso pronunciado por el funcionario, en el que ofreció varios ejemplos de cómo una persona que se inicia en el consumo de drogas sigue el camino de la desintegración social y llega a formar parte de pandillas, o de cómo empleados humildes pasan a traficantes de drogas.
Problema común
En la reunión, dijo a los asistentes: “No todos los angloamericanos son adictos por naturaleza. Ni todos los afroamericanos son delincuentes, ni todos los mexicanos corruptos, ni todos los colombianos violentos; enfrentamos un problema común en sociedades con economía y desarrollo social distintos, con instituciones únicas y con diferentes procesos de ley y orden.
“Enfoques simplistas nos dividen, nos mantienen ignorantes y dan ventajas a los delincuentes. El ciclo de las drogas se reproduce y multiplica eficiente y cruelmente a sí mismo; genera tragedia humana, codicia, violencia, delincuencia y muerte. Las drogas destruyen la vida de quienes las consumen, alimenta a las bandas callejeras que las distribuyen, brazo peligroso de los cárteles, y generan guerrillas sangrientas entre los que las plantan.”
Medina Mora afirmó que México sufre una explosión de violencia que ha sorprendido a todo el mundo
, y señaló que “los cárteles operaban con impunidad y cinismo flagrante, dominando algunas regiones y ciudades pequeñas que formaban parte de las rutas estratégicas utilizadas para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos”. Los dólares que vienen de la venta de drogas en ese país permitieron a los cárteles sobornar a la policía y proveerse de armas de fácil acceso en esa nación.