Los 20 países le encomendaron mejorar alertas para evitar que se extiendan las crisis
Lunes 6 de abril de 2009, p. 23
Washington, 5 de abril. El Fondo Monetario Internacional (FMI) emergió esta semana de las cenizas de la prosperidad global como el baluarte contra la crisis económica, tras la reafirmación de su papel por los líderes mundiales. El FMI fue el principal beneficiario de la cumbre del Grupo de los 20 (G-20), en la que los dirigentes de los países más poderosos del planeta acordaron triplicar sus fondos destinados a fines especiales a 750 mil millones de dólares, al agregar 500 mil millones a lo ya establecido.
Los 20 países industrializados y en desarrollo respaldaron conceder 250 mil millones de dólares extra para incrementar los activos de reserva del fondo e inyectar liquidez en el estancado sistema financiero.
La cumbre del jueves también se puso como objetivo más que duplicar los préstamos a conceder a países pobres, y aprobó el uso de una porción de las ventas de oro del FMI para ayudar a financiarlos.
En Zurich, el presidente suizo Hans-Rudolf Merz aseguró que su país podría conceder al FMI un préstamo hasta de 10 mil millones de dólares como parte del medio billón de dólares que se sumarán a los recursos de la entidad. Asumo que Suiza podría otorgar un préstamo adicional de un máximo de 10 mil millones de dólares. El préstamo lo proveerá el Banco Nacional Suizo y estaría garantizado por el Estado
, añadió Merz en una entrevista con el diario suizo NZZ am Sonntag.
El G-20 no sólo aumentó la potencia del FMI para luchar contra el contagio global, sino que colocó a la institución de 185 naciones en el centro de lo que el anfitrión de la cumbre, el primer ministro británico Gordon Brown, llama un nuevo orden mundial
basado en la cooperación internacional.
Las decisiones de la cumbre representaron ese nuevo orden, en tanto China, India y otras potencias emergentes alcanzaron un acuerdo con el Grupo de las Siete potencias mundiales (G-7) –Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos– sobre una forma futura de resolver crisis económicas mundiales.
El FMI fue llamado a mejorar sus sistemas de alerta primarios para prevenir crisis antes de que éstas se extiendan a la economía mundial, en colaboración con el Consejo de Estabilidad Financiera, un sucesor reforzado del Foro de Estabilidad Financiera.
El G-20 también se comprometió a concretar reformas en marcha del FMI e instó a más cambios para que el organismo multilateral sea más transparente y más representativo de la economía globalizada.
El respaldo de la cumbre al FMI, metido en la crisis económica más devastadora desde la Segunda Guerra Mundial, marcó un hito para los países en desarrollo, que por mucho tiempo criticaron las condiciones crediticias del Fondo y se quejaron de que éste estaba dominado por el G-7.
El director gerente del organismo, Dominique Strauss-Kahn, lanzó un programa de salidas incentivadas de empleados para enfrentar un déficit presupuestal debido a la menguada demanda de sus préstamos.Ustedes verán que este es el principio de un creciente papel del FMI, no sólo como entidad crediticia de último recurso, no sólo como un pronosticador, no sólo como un consejero en política económica y su papel tradicional, sino también como proveedor de liquidez al mundo, que es finalmente, en último término, el papel de una institución financiera como la nuestra
, comentó Strauss-Kahn.
Los analistas saludaron el generoso desembolso del G-20 como un impulso a la estabilidad global y a los países en desarrollo. Uri Dadush, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, destacó que el G-20 tenga en cuenta los intereses de los países en desarrollo, los más probables beneficiarios del incremento de los recursos del FMI
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