Ante el sensible deterioro de las perspectivas de la economía mexicana, José Luis Calva, integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, propuso aplicar una política fiscal expansiva por el equivalente a 1.8 por ciento del producto interno bruto (PIB), unos 220 mil millones de pesos, de los cuales 190 mil millones se tendrían que destinar a inversión. Esto se tendría que hacer acompañado de una verdadera reforma fiscal integral.

En entrevista, el especialista consideró que en 2010 la economía tendrá en el mejor de los casos cero crecimiento y se anularán 500 mil puestos de trabajo a los que se sumarán los 950 mil empleos formales que se perderán en este 2009 .

Para enfrentar este entorno recesivo, el más grave en la historia, hay dos puntos relevantes. Uno, las políticas activas de fomento sectorial particularmente en el sector agropecuario, en el industrial y energético. Y segundo, para elevar la competitividad hay que inyectar más recursos a la infraestructura, la ciencia y la tecnología.

Todo esto, explicó, nos lleva a la necesidad de una reforma fiscal para incrementar los ingresos del sector público con el fin de que el gobierno pueda cumplir sus responsabilidades en el desarrollo.

Aseguró que el peor de los caminos sería elevar el impuesto al valor agregado (IVA) a medicinas y alimentos. De hecho, de todos los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que tienen IVA sólo dos países gravan medicinas y alimentos.

En la mayoría, dijo, tienen tasa cero o están exentos. E incluso Estados Unidos que no tiene IVA sino un impuesto sobre ingresos mercantiles los medicamentos y alimentos no lo pagan. Entonces, agregó, tenemos que hacer una reforma fiscal basada en impuestos progresivos sobre el ingreso .

Enumeró cuatro direcciones básicas: por una parte hay ingresos que no se gravan en México y se gravan en los demás miembros de la OCDE que son: dividendos y ganancias bursátiles. Por otra parte, las tasas máximas a impuestos sobre la renta (ISR) en Estados Unidos y Canadá aparte de la tasa de impuesto sobre la renta federal hay una estatal en Estados Unidos y una provincial en Canadá.

Si sumamos ambas tasas, explicó, estamos hablando de más de 42 por ciento para ingresos mayores a 250 mil dólares en Estados Unidos y más de 45 por ciento para el caso de Canadá. Esto no solamente permite obtener más recursos públicos, sino que también los estados cuenten con más recursos para sufragar los gastos de desarrollo.

Planteó gravar ingresos que estaban libres y aumentar la tasa máxima de ISR para quienes ganen más de 250 mil dólares.

Dijo que es necesario revisar la legislación fiscal para reducir los márgenes de elusión fiscal que en México se estima en alrededor de cinco puntos porcentuales del PIB.

José Luis Calva aseguró: Si hacemos todo esto podríamos elevar la recaudación tributaria en alrededor de 10 puntos porcentuales del PIB. Desde luego no se haría de un año para otro, sino que se diseñaría una reforma fiscal que permitiera culminar el proceso al cabo de seis u ocho años, como le han hecho Italia, España y Costa Rica.