Londres. Se acerca el día en que será posible leer la mente de otro mediante una máquina del pensamiento. Científicos descubrieron que pueden escudriñar la memoria de una persona con sólo observar la actividad eléctrica de su cerebro.

Se ha averiguado que los recuerdos espaciales pueden leerse mediante un escáner cerebral, y así determinar de manera automática el lugar donde una persona imagina estar (por ejemplo, su ubicación en un laberinto) sin tener que preguntárselo.

Es también un pequeño paso hacia la idea de leer la mente, porque con sólo mirar la actividad neuronal podemos decir lo que alguien piensa, aseguró Damis Hassabis, del Colegio Universitario de Londres (CLU).

Un día será posible hacer lo mismo con otros recuerdos y pensamientos, si bien la posibilidad de usar una máquina lectora de la mente para resolver crímenes o combatir el terrorismo aún es lejana, acotó.

“Pasarán por lo menos 10 años, tal vez más, para acercarnos a una tecnología así, con la cual se pueda realmente leer los pensamientos de alguien contra su voluntad –comentó–. Pero tal vez sería útil que comenzáramos los debates éticos en preparación a ese momento.”

El estudio fue encabezado por la profesora Eleanor Maguire, del CLU, quien ya había mostrado que una pequeña zona del cerebro, detrás de la región llamada hipocampo, tiene un tamaño superior al normal en taxistas varones que han memorizado el laberinto de las calles de Londres.

La profesora Maguire adiestró a un grupo distinto de voluntarios varones para que navegaran por un laberinto virtual en una computadora mientras se escudriñaba su actividad cerebral mediante una máquina de resonancia magnética.

Sabemos que el hipocampo subyace en nuestra capacidad de navegar, de formar y evocar recuerdos y de imaginar el futuro. Pero una pregunta fundamental de la neurociencia es la forma en que la actividad de millones de neuronas del hipocampo apoya estas funciones, explicó Maguire.

Células de lugar

Los científicos descubrieron que ciertas neuronas del hipocampo, llamadas células de lugar, se estimulaban siguiendo pautas definidas de actividad, las cuales se podían analizar para detectar en qué parte del laberinto creía estar cada participante.

Lo notable es que mediante está técnica descubrimos que podíamos predecir con precisión la posición de cada individuo dentro de ese ambiente virtual, con sólo seguir la pauta de actividad del hipocampo, afirmó Maguire.

El estudio, publicado en la revista Current Biology y financiado por el Wellcome Trust, el mayor organismo filantrópico dedicado a la investigación médica en el mundo, podría ayudar a los científicos a entender los problemas fundamentales de la memoria que están detrás de algunas enfermedades neurológicas. Entender cómo los humanos registramos nuestros recuerdos es esencial para ayudarnos a aprender la forma en que se procesa la información en el hipocampo y de qué manera enfermedades como el Alzheimer erosionan nuestra memoria, comentó el doctor Hassabis.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya