Un nuevo caso de desaparición de menores del albergue Casitas del Sur fue dado a conocer ayer. Se trata del niño Jesús Alejandro, cuya madre, Trinidad Espinosa Sánchez, fue acusada en febrero de 2007 de maltratar al menor, por lo que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) tomó en su poder la custodia por seis meses y después lo envió a la casa hogar mencionada.

Dos años después la PGJDF afirmó desconocer el paradero del niño, y se limitó a recomendar a la madre que demandara a Casitas del Sur por el delito de secuestro. Ahora, Trinidad Espinosa tiene que ir cada cinco días a ver si hay avances en la investigación, mientras pega un retrato hablado de su hijo –realizado por la Fiscalía Central para Delitos Sexuales– en estaciones del Metro y microbuses, donde puedo, con la esperanza de encontrarlo.

Acusada de violencia familiar por el Hospital Infantil de Iztacalco, Trinidad no ha vuelto a tener contacto con su hijo, luego de que Jesús Alejandro, en ese entonces de siete meses de edad, sufrió en un accidente la fractura de un brazo.

Luego de más de un año de proceso, Trinidad, de 21 años, fue consignada en mayo de 2008 al penal femenil de Santa Martha por infligir maltratos al menor. La mujer apeló de la decisión del juez, proceso que siguió en libertad al pagar una multa de 50 mil pesos.

En septiembre del año pasado la tercera sala penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal absolvió a Trinidad Espinosa del cargo de violencia intrafamiliar. Luego se inició un nuevo proceso para recuperar la custodia del niño, para lo cual le pidieron como requisito que tomara terapia sicológica.

Durante ese tiempo Trinidad Espinosa no pudo tener contacto físico con su hijo. Únicamente se limitó a verlo a través de la cámara de gesell por sólo unos minutos cuando estaba en un albergue de la PGJDF. Pero desde que lo trasladaron a Casitas del Sur, en octubre de 2007, no volvió a observarlo.

Cuando en enero pasado la PGJDF intervino en Casitas del Sur, Trinidad se dirigió a la sede de la dependencia para conocer el paradero de su hijo. Luego de darme largas y largas, un día le mostraron una serie de fotografías de los niños rescatados, entre los cuales no se encontraba Jesús Alejandro, a pesar de la insistencia de las autoridades de que me fijara bien.

Finalmente se le informó que se desconocía el paradero del menor, por lo que el Ministerio Público le recomendó que demandara a Casitas del Sur, pese a que la custodia del niño era responsabilidad de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal. Le dieron sólo un retrato hablado del pequeño para que lo buscara.