La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal anunció ayer que el gobierno federal construirá en el transcurso de este año dos nuevos penales de máxima seguridad en el país, uno en Sinaloa y otro en Veracruz.

Esto, como parte de una estrategia nacional que busca fortalecer el sistema penitenciario y terminar con los centros de reclusión que durante las pasadas cuatro décadas se han convertido en verdaderas escuelas del crimen.

El proyecto implica la edificación, en el municipio de Papantla, Veracruz, de un centro penitenciario de supermáxima seguridad, que contará además con un módulo de observación y clasificación de delincuentes.

En Guasave, Sinaloa, se levantará otro penal con características de máxima seguridad –similar a los tres que ya existen en el estado de México, Jalisco y Tamaulipas–, el cual también incluirá un área especial para secuestradores.

Genaro García Luna, titular de la SSP federal, dio a conocer ayer el proyecto de construcción de dichos penales durante la inauguración de los trabajos de la primera Conferencia Nacional del Sistema Penitenciario, en el hotel Sheraton del centro histórico de la ciudad de México, acto que fue aprovechado por el funcionario para exhortar a los delegados de los 31 estados del país y del Distrito Federal a alcanzar acuerdos reales para abatir la extorsión telefónica que se genera desde las prisiones estatales.

Tras la participación de García Luna se dio el uso de la palabra a Aldo Cruz Pérez, director del sistema penitenciario de Puebla, quien hizo diversas recomendaciones a las autoridades federales y a los legisladores.

Inversión desigual

De entrada, reclamó al gobierno calderonista no haber invertido en los penales del país como ha hecho en el combate a la delincuencia organizada.

Asimismo, reprochó a los legisladores no estar a la altura de las reformas que ellos mismos han aprobado, ya que según Cruz Pérez, los diputados y senadores desconocen a profundidad la situación en la que se encuentran las cárceles del país.

Cruz Pérez añadió que tan sólo durante el segundo semestre de 2008 ocurrieron en los penales del país 22 fugas de reos, 10 homicidios, 43 amotinamientos y ocho decomisos, al tiempo que se detectó la construcción de cinco túneles por donde escaparon reclusos y seis comandos armados se introdujeron para rescatar presidiarios.

Antes de concluir la sesión de inauguración, el titular de la SSP federal le respondió al director de las cárceles de Puebla que no será con oficios o peticiones como se resolverán los problemas del sistema penitenciario nacional.

Por la noche, durante una conferencia de prensa en la que se dieron a conocer los acuerdos firmados por todos los representantes estatales, el subsecretario del Sistema Penitenciario Federal, Patricio Patiño, explicó que el módulo de supermáxima seguridad que tendrá el complejo de Papantla prevé contener a entre 250 y 320 presos que puedan amenazar la seguridad en cualquier otra cárcel.

Agregó que los reos que sean trasladados a este módulo no serán confinados, pues la intención es que en un periodo de ocho meses se pueda reducir su nivel de peligrosidad mediante terapias sicológicas, para que sean renviados a cárceles de mediana seguridad.

Según el funcionario, el gobierno destina 2 mil 800 millones de pesos a la construcción de los penales federales de Papantla y de Guasave, aunque los recursos también se utilizan para las adecuaciones en las penitenciarías de El Rincón, Nayarit, y en la edificación de dos cárceles estatales en Tamaulipas y Baja California.

Indicó que se espera que con estas nuevas instalaciones se reduzca la sobrepoblación de presos a escala nacional, pues 50 por ciento de 223 mil reos están internados en 28 cárceles.

Patiño refirió que el gobierno federal y las entidades acordaron 11 puntos a desarrollar para mejorar la situación de los penales.