Fuentes oficiales y testigos reportaron 18 asesinatos en diversas entidades. La mayoría de las víctimas fueron halladas tras operaciones previas del crimen organizado. Sin embargo, aclaraciones, renuncias y nombramientos en corporaciones de seguridad concentraron la cobertura periodística local.

El procurador general de Justicia de Durango, Daniel García Leal, dijo que la muerte del capitán Fausto Gámiz Ramírez, la noche del viernes en la capital estatal, se debió a una confusión, pues dispararon sus armas el militar y escoltas del subprocurador Noel Díaz.

El funcionario no entró en detalles. Sólo dijo que ambas partes se confundieron y que autoridades federales investigarán el incidente suscitado en un bulevar de la capital duranguense, donde perdió la vida el capitán del 85 batallón de infantería y un escolta del subprocurador resultó herido.

En Durango también, la madrugada del sábado fueron baleados cuatro integrantes de una familia que viajaban en una camioneta con placas extranjeras. En el atentado fallecieron tres y uno de 16 años resultó lesionado.

La misma noche del viernes, en otros hechos, el secretario de Seguridad Pública de Chihuahua, Javier Torres, renunció tres días después de que pistoleros rescataron de un hospital privado al narcotraficante Crispín Borunda.

El gobernador José Reyes Baeza lamentó la decisión de su colaborador y en sustitución de éste nombró a Víctor Valencia.

La dimisión de Torres Cardona se suscitó tras descubrirse que mientras Borunda anduvo más de un año en hospitales privados debido a un falso diagnóstico sobre padecimientos cardiacos, el operativo de su rescate se iba preparando.

Inclusive hubo visos de que la fuga estaba próxima, pero el capo continuó sin vigilancia estrecha. Tras fugarse, con apoyo de un grupo armado, sus siete custodios fueron cesados.

Unos 250 elementos del Ejército y las policías federal y estatal de Zacatecas, por otra parte, asumieron la seguridad pública en Fresnillo, donde 120 de 195 guardias municipales comenzaron el viernes un paro de actividades por sus bajos salarios y los riesgos que enfrentan.

En la localidad, los policías rasos ganan 3 mil 800 pesos mensuales y los de mayor jerarquía, comandantes y director, de 5 mil 800 a 7 mil 500. Por ello exigen un incremento salarial de 20 por ciento y mejor equipo.

Varios inconformes dialogaron con el alcalde David Monreal Ávila, del Partido del Trabajo, quien les ofreció 10 por ciento y firmó con ellos una minuta de acuerdos. Empero, sólo 70 policías aceptaron la propuesta y el viernes comenzó el paro.

Veracruz fue otra entidad donde policías de Boca del Río protagonizaron incidentes con fuerzas federales, pues elementos de la Armada asignados a la Base de Operaciones Mixtas desarmaron y detuvieron a tres comandantes que portaban armas de alto poder, sin documentación, distintas a las que tienen asignadas.

En el mismo estado, presuntos militares asesinaron a golpes a un hombre la madrugada del viernes en Córdoba. Según testigos, 20 sujetos con uniformes verde olivo irrumpieron en una casa del fraccionamiento San Nicolás y golpearon a los habitaantes. Una de las víctimas quiso huir, pero se desplomó metros adelante, de donde más tarde fue levantada sin vida.

Otros hechos violentos del crimen organizado que reportaron fuentes policiales incluyen cuatro muertos en Sinaloa (entre ellos un custodio), cinco en Guerrero e igual número en Chihuahua. Estos últimos, al parecer, son el teniente y los cuatro soldados desaparecidos el pasado 17 de marzo, cuando se desplazaban por carretera de Ciudad Juárez a Madera.

(Saúl Maldonado, Miroslava Breach, Alfredo Valadez, Andrés Morales, Sergio Ocampo y Javier Valdez)