Todos los establecimientos comerciales que operen en la ciudad de México y que ofrezcan actividades, servicios y/o productos que puedan representar un daño o riesgo para la salud estarán obligados por ley a tramitar una licencia, permiso o tarjeta de control sanitario para su funcionamiento.

Así se establece en el dictamen de la nueva Ley de Salud del Distrito Federal aprobado en comisiones por la Asamblea Legislativa, en el que se precisa la creación de la Agencia de Protección Sanitaria que será la responsable de emitir la autorización respectiva, así como la consecuente supervisión y vigilancia para hacer que se cumpla con las condiciones de salubridad necesarias.

Debido a la diversidad de establecimientos, formales e informales –entre ellos restaurantes, bares, hoteles, mercados, estéticas, lavanderías, tintorerías, farmacias y funerarias– que serían sujetos de este control, se tiene previsto comenzar, en una primera etapa, con aquellos relacionados con la purificación y distribución de agua, fabricación de hielo y venta de bebidas alcohólicas.

La Agencia de Protección Sanitaria, que funcionaría como órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud, también tendrá facultades para sancionar y hasta clausurar los establecimientos que no cumplan con las medidas de higiene y sanidad suficientes para garantizar la vida y la salud de las personas.

Todas las actividades que se realicen en la vía pública deberán cumplir con la nueva disposición. En el caso de negocios que vendan alimentos, se prohíbe que se instalen en las zonas de acceso, entradas y rampas de las unidades hospitalarias y de atención médica, así como en lugares insalubres y de alto riesgo.