Guadalajara, Jal., viernes 20 de marzo. El actor Gael García Bernal apura un largo trago de cerveza, cuelga su teléfono celular y expresa en entrevista con La Jornada su sentir por recibir un homenaje en el 24 Festival Internacional de Cine de Guadalajara, su ciudad natal: “he tratado de encontrar palabras para este reconocimiento, el significado racional de tener un premio que se llame Guadalajara; es como si te dijeran que tienes que volverte el mejor amigo de tu maestra del jardín de niños, como que no cuadra, pero siempre va a existir una relación extraña.

“Me tiene nervioso, porque me lo otorgan aquí, en mi ciudad, pero lo quiero ver como si mi familia me organizara un reventón; se siente increíble.”

Gael calza botas negras de casquillo, de ésas que usan los obreros; viste unos pantalones de mezclilla y una camisa a cuadros arrugada, y tiene una cerveza oscura al lado. Con el humor subido por su nueva condición de padre, el histrión agrega: “Se me hace raro estar en esta ciudad y que se organice un acto formal, porque siempre que vengo aquí, cinco o seis veces al año, veo a mi familia y a mis amigos para hacer cosas más ordinarias; pero ahora, recibir el Premio Guadalajara me llena de mucho orgullo. Además, no le quiero dar tanto análisis, porque sé que no le voy a encontrar un significado real, me gusta más verlo de forma terrenal, no como la frase gastada de ‘ser profeta en tu tierra’”.

Pensamiento que deviene acción

Reposa el tarro de cerveza en la mesa de centro y reflexiona una franja ontológica por encima de la media; la estrella de El crimen del padre Amaro y Tu mamá también, dice: “reflexiono todo el tiempo; lo que pasa es que no pongo palabras a lo que pienso, desemboca más en inquietudes creativas que se manifiestan en el teatro y en el cine, pero cuando trato de encontrar un sentido más profundo me doy cuenta de que realmente nunca quise hacer cine, me imaginaba haciendo teatro experimental universitario… hace 10 años que hice Amores perros y la situación era completamente diferente. Me acuerdo que ese año se produjeron seis películas mexicanas, ahora la situación es diametralmente opuesta: se ha desestructurado el sistema raquítico que había entonces y ahora se ha levantado una estructura basada en el libre albedrío.

El premio me tiene nervioso; prefiero verlo como si mi familia me organizara un reventón, expresa Gael en entrevistaFoto Arturo Campos Cedillo

“Estoy consciente de que esto también tiene sus desventajas, porque los cineastas, actores y productores que se ponen como víctimas siempre se quejan de que faltan apoyos y recursos; pero tienen más ventajas, porque surge la creatividad, como el caso de Carlos Reygadas y otros cineastas, que un día se levantaron, agarraron su cámara y salieron a hacer sus películas, las cuales figuraron y tuvieron repercusión mundial.

“Hay muchos ejemplos de películas que se hicieron de manera autogestiva, que con el paso del tiempo sus realizadores ya cuentan con el prestigio suficiente para obtener financiamiento para cintas posteriores, inclusive las han estrenado comercialmente… por eso también fundé Canana con gente que ni conocía.”

Tres facetas

Da un trago discreto a su cerveza oscura y la deja a un tercio de que se termine; Gael pone énfasis en sus tres facetas actor, productor y director, dice: “La actuación es mi profesión, en eso trabajo y me divierte, me tengo que superar día con día y crecer. El trabajo de director es mi deporte, ahí voy a prepararme para escalar una montaña para contar una historia; no veo la dirección como profesión, sino como deporte, cuyo reto obvio es escalar montañas más grandes.

“La producción es formalizar esta relación de amistad, de querer ayudar a otras personas para que hagan sus películas, para que cuenten sus historias… la cuarta sería que cantara.”

Finalmente, deja casi vacío el tarro de cerveza. Mira en lontananza y suelta: “Me siento muy triste por la falta de impartición de justicia en México; ser padre me ha hecho pensar las cosas que ocurren de forma menos tácita, me obliga a hacer un corte transversal más amplio y fino del acontecer y realizar más historias para entender mejor la situación de México.

Esa energía no sólo me la dan mi hijo y el momento mundial que atravesamos, proceso de reinvención tremendo; siento una responsabilidad mayor para refugiarme en mis trincheras del cine.