La Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal va más allá de restringir el uso de bolsas de polietileno en los supermercados, pues considera la sustitución de todo tipo de envases, embalajes o empaques de plástico no biodegradable que se utilizan en establecimientos mercantiles, transporte o envase de mercancías, con un impacto directo en las 3 mil 500 empresas del sector, que estarían en riesgo de desaparecer, según representantes patronales, al igual que los 150 mil empleos directos y 700 mil indirectos que generan en el país.

El presidente de la Asociación Nacional de Industriales del Plástico (ANIPAC), Guillermo Salas, informó que el gremio analiza interponer un amparo porque la legislación aprobada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) carece de sustentabilidad y técnicamente es muy pobre; pero también solicitó una reunión con el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, para que la vete e impida que se lastimen los intereses del sector.

De entrada, dijo, desaparecerían, sólo en la ciudad, 150 empresas recicladoras que dan trabajo a 15 mil personas de manera directa y a 150 mil indirectamente, pero todo el sector del plástico resultará afectado, lo que nos tiene consternados, porque ahorita están enfocándose en la bolsa de plástico, pues es la que flota, la que pesa menos y la que se ve primero, sin considerar que solamente 20 por ciento de ella se comercializa en el sector formal y el resto en el informal, donde no hay normas.

El representante de los industriales explicó en entrevista que la producción de bolsa de camiseta, que se utiliza en los supermercados para empacar la mercancía, asciende a 300 mil toneladas de las 5 millones de toneladas de la producción total de plásticos en el país, cuya distribución se concentra en la zona metropolitana del valle de México, Guadalajara y Monterrey.

Hoy, el número de empresas nacionales del gremio oscila entre 600 y 700. De ellas, alrededor de 350 se ubican en la ciudad de México y 99 por ciento producen bolsas de plástico y reciclan su propio material, pero la incorporación de una cláusula en la ley que establece que deben ser degradables o biodegradables nos coloca en riesgo, al igual que los industriales de envases de aceites automotrices, champú, aceite comestible, agua o refrescos.

Algunos supermercados ya ofrecen bolsas biodegradablesFoto Ricardo Castelán/ Cuartoscuro.com

Mencionó que tuvieron poco contacto con los legisladores capitalinos para hablar sobre el tema y las medidas que han adoptado en materia de sustentabilidad, como el reciclado, pero nunca tuvimos respuesta, y la solución que plantean de utilizar sustancias biodegradables derivaría en un incremento de 10 por ciento en el costo del producto, pues se trata de material de importación que tendría que pagar el consumidor, aunque ya se le cobra en los productos que adquiere, sin darse cuenta, pero nuestras bolsas no son malas, sino la gente, que no sabe manejarlas y las tira donde sea.

Entre los grupos comerciales que utilizan bolsas biodegradables destacan Bimbo y Soriana, y está bien, porque están en su derecho al comprar el material para hacerlo y coadyuvar a la ecología, pero es muy diferente a que haya una ley que nos obligue a todos a utilizarlas, sin considerar los esfuerzos que realizan los industriales del plástico para proteger el medio ambiente, por lo cual analizamos interponer un amparo y solicitar la intervención del mandatario capitalino para vetarla, afirmó.

Con ello se busca proteger a las 3 mil 500 empresas del ramo, que en 48 por ciento se dedican a hacer envases y embalajes; 11, construcción; seis, eléctricos y electrónicos; cuatro, muebles; cuatro, automotriz; dos, industrial; uno, agrícolas; uno, médico, y 23 por ciento consumo diverso, precisó.

Por su parte, el coordinador social de la Comisión de Residuos Sólidos del Gobierno del DF, Arnold Ricalde, afirmó que las empresas no deben espantarse porque se legisle en favor del medio ambiente.

Reiteró que las bolsas de plástico no se van a prohibir y, una vez que entren en vigor las modificaciones, las empresas, junto con el gobierno local, tendrán un año para planear el cambio que se tendría que hacer para la producción de las bolsas que sustituirían a las de polietileno.