El consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Leonardo Valdés Zurita, señaló que México enfrenta inercias que pueden alentar más polarización política, pues nos tratan de encaminar hacia la confrontación. Además, parafraseando al poeta Ezra Pound, subrayó que la técnica de la infamia consiste en inventar dos mentiras y hacer que el pueblo discuta acaloradamente cuál de las dos es cierta.

Al participar en la presentación del libro Polarización de las expectativas democráticas. México 2008-2009, Valdés advirtió que las polarizaciones ideológicas en México han tenido repercusiones en el régimen político, y consideró que el futuro de la democracia no está en el disenso, sino en la renovación permanente de nuestras expectativas.

Entrevistado al término de su participación en el acto, el senador perredista Arturo Núñez censuró el papel desempeñado por el IFE en las precampañas y su evidente sometimiento a los intereses de las televisoras. “No creo que en asuntos públicos, regulados por la ley, valga el perdón. Estas no son relaciones privadas –dijo en relación al caso Televisa– y no pueden perdonar lo que la ley señala como sanción.

Consideró que la decisión adoptada por el IFE al volver a perdonar a Televisa, a pesar de la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, fue una mezcla entre el temor de los consejeros a los poderes fácticos con un factor más grave, como puede ser que hayan actuado por consignas extrainstitucionales que estarían violando la autonomía del IFE, lo cual sería muy preocupante.

Señaló que en las presiones ejercidas por las televisoras faltó que el Congreso de la Unión acompañara políticamente al IFE, y manifestó que muchos de los actores que al momento de aprobar la reforma pronunciaron discursos entusiastas sobre sus alcances, no han aparecido para defender esos cambios.

Núñez destacó que existe un antecedente muy claro respecto de la manipulación de los espots, pues al momento de aprobar la reforma constitucional, Tv Azteca los difundió con cortinillas y volvieron aparecer. Por eso se determinó, recordó, prohibir la manipulación de la propaganda difundida en los tiempos oficiales, y por esa razón es muy clara la violación en que incurrieron las televisoras.