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Subsidios millonarios fortalecen a Maseca
Hace unos días el Grupo Maseca, propiedad del banquero Roberto González Barrera, anunció que en 2008 su utilidad de operación alcanzó un récord histórico de tres mil 270 millones de pesos, 74 por ciento más que en 2007, y además, entre otros resultados positivos, reportó que en el cuarto trimestre de 2008 sus ventas netas aumentaron 31 por ciento, y el acumulado del año implicó un alza de 25 por ciento para totalizar 44 mil 793 millones de pesos. Buenas noticias en medio de la crisis económica que golpea a la población, y después de que los precios de la tortilla han crecido de seis pesos el kilo hasta 10 o 12 entre fines de 2006 y hoy día. Pero la casualidad no existe, la causalidad sí. Hay información pública de la Secretaría de Economía (Secon) y de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca) que muestran cómo Maseca es una consentida de los subsidios públicos. En el caso de Aserca, que es una agencia de la Secretaría de Agricultura, Maseca obtuvo apoyos para coberturas de precios (en los mercados internacionales), cabotajes y/o flete y para exportación de maíz por más de 498 millones de pesos entre 2004 y 2008. Es cierto que otras grandes corporaciones también obtienen este tipo de subsidios (con variados conceptos, por ejemplo pignoración, acceso a granos y convenios de concertación, además de los mencionados antes), pero nadie tanto como esa harinera. Bachoco recibió de Aserca más de 149 millones en el mismo periodo; Cargill de México, casi 89 millones; Minsa, 75.5 millones, y las productoras de fructosa de maíz (sustituto de azúcar) Almidones Mexicanos y CP Ingredientes, 92 millones y 129.8 millones de pesos, respectivamente. En el caso de la Secon , y derivado de un decreto publicado en el Diario Oficial del 21 de octubre de 2008 –que determina nuevos subsidios para la harina de maíz, con el objetivo de mantener estables los precios de la tortilla–, Maseca ha recibido dos entregas, una para apoyarla en junio-septiembre de 2008 por poco más de 703 millones de pesos y otra para octubre-diciembre por un monto no específico (se mencionan 783 millones para Maseca, Minsa, Molinos Anáhuac, Harimasa y Productos Manuel José). En total esta nueva subvención sumó mil 767.5 millones en 2008, beneficiando a Maseca y demás empresas mencionadas, además de Cargill de México. ¿Cuánto de estos subsidios participa en las utilidades boyantes de Maseca? ¿Por qué el gobierno federal decidió apoyos dirigidos a la harina de maíz para controlar el precio de la tortilla, y no implicó también a los molineros nixtamaleros, generando así discriminación y tendencia de harinización de la tortilla? ¿Se justifican esos subsidios, si los precios internacionales del maíz comenzaron a declinar desde junio de 2008? Cuando alcanzaron un pico de siete y hasta 7.8 dólares por bushel, contra 2.50 en junio de 2006 (hoy se ubican alrededor de 3.6 dólares por bushel). La devaluación del peso contra el dólar (que encarece los precios internacionales del maíz) no puede ser argumento pues todavía no iniciaba a en octubre, fecha del decreto. ¿Por qué el objetivo de precios controlados de la tortilla no se cumple? En enero de 2007 el gobierno federal firmó un pacto con Maseca y otros industriales de la tortilla para oficializar el 40 por ciento de encarecimiento que ya se había dado y que ubicaba al alimento en 8.50 pesos por kilo. Ahora el precio que predomina en el país es de 10 pesos pero en algunos lugares llega a 12. Una nota publicada por Susana González en La Jornada el 15 de febrero dice que el subsidio de Secon cubre mil 450 pesos por tonelada de harina y la condición es que las harineras mantengan sin cambio los precios de su producto, pero éste se ha encarecido en el mes reciente, según la Unión Nacional de Industriales de la Masa y la Tortilla (UNIMT). Los subsidios que da la Secon , denominados “Programa de apoyo a la industria harinera de maíz (Proharina)” son producto “de una de dos”: la inocencia e ignorancia de los funcionarios de la Secon respecto del pasado en los subsidios a la cadena maíz-tortilla, o simple corrupción, comentó en entrevista Valentín Solís, asesor de la UNIMT. Perversiones. “Apenas en el sexenio pasado, y no obstante lo nefasto que fue en general, el entonces secretario de Agricultura, Javier Usabiaga, tomó una decisión correcta respecto de los subsidios a la comercialización agropecuaria, que se concentraban en los industriales compradores y comercializadores: los otorgó directamente a los agricultores. El decreto de octubre vuelve a pervertir el concepto de los subsidios a maíz-tortilla, máxime cuando son evidentemente discriminatorios, pues dejan al margen al importante grupo de pequeños industriales que producen tortilla directamente de sus compras de maíz, conocidos en el medio como molineros tradicionales; éstos son muy numerosos y generan más de 150 mil empleos directos e indirectos”. Jesús Fonseca, presidente de la Coalición Nacional de Productores de Masa y Tortilla, afirmó desde diciembre que en principio estos subsidios son discriminatorios, pero “ya estamos en pláticas con Economía para que también nos den el apoyo a nosotros”. Si sólo quedaran los apoyos para los harineros, sería perverso, pues ello reviviría la llamada “harinización” de la tortilla, que ocurrió en el salinismo, cuando la tortilla tenía un precio pacto y los industriales sólo podían ser rentables consumiendo harina (y no maíz nixtamalizado), pues era sólo por medio de la harina que se accedía al subsidio. Por lo pronto, mientras se da tal negociación entre molineros y la Secon (las pláticas continúan), ya los subsidios dieron una gran ventaja a los harineros, en particular a Maseca que hoy, con sus utilidades, celebra los saldos de la crisis. ¿Cuál crisis? (Lourdes Edith Rudiño) |