Guadalajara, Jal., 15 de marzo. Bruno Marioni anotó de penal el gol de la victoria del Atlas, 1-0 sobre Chivas en el clásico tapatío, corrió hacia la banda y se hincó con los brazos en alto. De las atiborradas tribunas del estadio Jalisco le lanzaron un vaso, que El Barullo atrapó en el aire, simuló beber, lo aventó y se fundió en abrazos con sus compañeros.

Fue un festejo acorde con lo sucedido esta noche en el inmueble de la avenida Independencia. Los rojinegros se quedaron con 10 elementos desde el minuto 26, aguantaron los constantes embates del Guadalajara –incluido un cabezazo al travesaño de Jared Borgetti– y se llevaron un merecido triunfo, con lo que rompieron racha de seis partidos al hilo sin vencer a su archirrival.

Como se esperaba, fue un duelo de gran ritmo entre dos de los equipos más dinámicos del torneo, que se definió en forma dramática, ya que las Chivas tuvieron un dominio abrumador en todo el complemento, pero los Zorros anotaron en la que fue su única llegada de peligro en ese periodo, con lo que Ricardo La Volpe culminó un exitoso planteamiento defensivo ante la ineficacia de los dirigidos por Efraín Flores.

Chivas se mantiene en la segunda posición del grupo dos, pero al quedarse con 12 puntos ve reducida la ventaja sobre sus perseguidores. Atlas consiguió su tercer triunfo del torneo y marcha tercero en el último bloque, con 15 unidades.

El Rebaño generó peligro apenas al primer minuto, en un cerrado tiro de esquina de Ramón Morales que el portero José Canales atajó con problemas; la respuesta llegó en una pared de Marioni con Jesús Paganoni, cuyo riflazo fue desviado con el pie izquierdo por Luis Michel.

Las dos escuadras buscaron el control del esférico. Las Chivas se acercaron con disparos de Gonzalo Pineda y Carlos Ochoa, pero el tiro más peligroso fue de Amaury Ponce, que Canales alejó en gran lance.

Las penurias atlistas empezaron al minuto 20, cuando José Torres Nilo se lesionó solo y fue relevado por Eduardo Rergis.

Los rojiblancos tuvieron un acoso constante sobre la meta de Canales, quien era el mejor de su escuadra, pero se precipitó al realizar una alocada salida con los tachones por delante sobre Ponce, por lo que Marco Rodríguez le mostró tarjeta roja, al minuto 26.

Su lugar fue ocupado por el debutante Alejandro Gallardo, quien hizo honor a su apellido y mantuvo su meta sin goles.

A partir de entonces el partido fue de un solo lado, aunque los rojinegros no renunciaron al ataque y dieron un aviso al 38, cuando Marioni remató elevado, pese a que estaba sin marca en el área.

Para el complemento, entró Marco Fabián por el zaguero Aarón Galindo, con lo que Chivas sumó atacantes, pero sólo creo peligro en jugadas a balón parado, donde Héctor Reynoso y Ochoa no tuvieron puntería, mientras Ponce intentó con disparos de media distancia.

Flores amontonó más delanteros con los ingresos de Borgetti y Javier Hernández, pero no mostraron variantes ante un doble bloque atlista que estuvo muy ordenado y cerró espacios.

La emoción llegó sobre los minutos finales. Al 84, Borgetti remató con la cabeza, pero el esférico se estrelló en el larguero.

A dos minutos del final, La Volpe fue expulsado por su enésima reclamación, pero sus pupilos le tenían reservada una alegría.

Al 89, Reynoso sujetó dentro del área a Ismael Fuentes para impedirle rematar, por lo que Rodríguez decretó el penal de forma justa. Marioni fue al cobro y la sufrida afición atlista finalmente festejó una victoria en su duelo más trascendente del torneo regular.