El desconocimiento y la falta de control sobre productos que contienen sustancias tóxicas incrementa la vulnerabilidad de los mexicanos ante enfermedades de la sangre, como las leucemias, afirmó Raúl Cano, presidente de la Agrupación Mexicana de Hematología (AMEH). Señaló el caso del benceno, presente en insecticidas y pesticidas que se utilizan en el área rural, y por el cual los habitantes de esas zonas reportan la mayor incidencia de estas enfermedades.

Otro factor que influye en la prevalencia de las afecciones hematológicas es que no cuidamos el medio ambiente. Como evidencia, el especialista mencionó que padecimientos como la leucemia mieloide crónica se presenta entre los mexicanos a edades más tempranas (entre 25 y 40 años de edad) con relación a lo que se reporta en naciones europeas y Estados Unidos, donde el padecimiento se registra entre individuos mayores de 50 años.

La AMEH celebró su 50 aniversario con una conferencia magistral impartida por Aaron Ciechanover, premio Nobel de Química 2004, quien en los años 80 descubrió el mecanismo de acción de las proteínas en el desarrollo del cáncer. Detectó que la degradación intracelular de proteínas era un buen blanco para combatir los tumores hematológicos malignos.

Este hallazgo permitió, años más tarde, el desarrollo de un medicamento para prolongar la esperanza de vida de los afectados por el mieloma múltiple. Este es un cáncer de la sangre, segundo en importancia dentro de las neoplasias hematológicas.

Ante integrantes de la AMEH que la noche del jueves se dieron cita en el auditorio de la Academia Nacional de Medicina, el científico de origen israelí explicó los detalles de su trabajo de investigación y los hallazgos obtenidos a lo largo de más de 10 años.

Con respecto a la situación de las enfermedades hematológicas en México, Raúl Cano resaltó que el principal problema es la falta de información epidemiológica. Se desconoce la incidencia y prevalencia de estos males, por lo que también se dificulta su diagnóstico y tratamiento, apuntó.

Sin embargo, existe evidencia de que el mayor riesgo para desarrollar este tipo de problemas de salud existe en las áreas rurales, donde jornaleros y campesinos están expuestos a insecticidas, pesticidas y herbicidas que contienen benceno.

Peligro en pozos

Además, al ser absorbida por la tierra, esta sustancia también se filtra hasta los pozos artesanales, de donde las personas obtienen agua para su consumo. Eso es lo que ocurre en Chiapas, entidad rica en recursos naturales, pero con el mayor atraso en desarrollo social, económico y cultural, donde los salarios son inferiores a mil 500 pesos al mes, comentó el especialista.