El candidato izquierdista garantiza sus inversiones a Carlos Slim y Ricardo Salinas Pliego
Según sondeos, virtual empate técnico con el aspirante de la derecha, Rodrigo Ávila, apodado Atila
Campaña del miedo de los sectores conservadores con participación de legisladores estadunidenses
Sábado 14 de marzo de 2009, p. 20
San Salvador, 13 de marzo. A dos días de las elecciones presidenciales en El Salvador y en medio de denuncias de posibles acciones de fraude contra el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y su candidato, observadores nacionales e internacionales reforzaron sus posiciones en todo el país para vigilar el proceso de votación, mientras que el Tribunal Supremo Electoral anunció medidas para garantizar el voto secreto durante la celebración de los comicios más disputados en este país desde que terminó la guerra civil en 1992.
La Universidad Centroamericana desplegó 2 mil 500 observadores que cubrirán 257 de los 262 municipios del país, en tanto que 66 representantes de la Unión Europea se trasladaron a los principales centros de votación en ciudades y zonas rurales de este país, con 4 millones 200 mil registrados en el padrón electoral.
La campaña por la presidencia en El Salvador trascendió sus fronteras y llegó hasta México cuando el candidato del FMLN, Mauricio Funes, visitó a los empresarios mexicanos Ricardo Salinas Pliego y Carlos Slim para –dijo– garantizar las inversiones en este país centroamericano.
Funes, periodista de la televisión local que en 2007 anunció su retiro de los medios para aspirar a la presidencia por el partido creado por la guerrilla que combatió al ejército gubernamental durante una década, enfrentará en las urnas a Rodrigo Ávila, candidato de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), organización ultraderechista fundada en 1981 por Roberto D’Aubuisson, ex jefe de los servicios de inteligencia del Estado acusado de haber ordenado el asesinato del arzobispo Óscar Arnulfo Romero en marzo de 1980.
Nacido en 1964, Ávila es ingeniero industrial y matemático formado en universidades estadunidenses, que ocupó dos veces la jefatura de la Policía Nacional Civil –surgida de los acuerdos de paz de 1992 para remplazar a fuerzas de seguridad vinculadas con muchos casos de violaciones a los derechos humanos–, de 1994 a 1999 y de 2006 a 2008, cuando renunció para convertirse en candidato de Arena, partido que ha gobernado el país desde 1989.
Conocido como Atila, Ávila también se graduó en la Academia Nacional de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, pero uno de los datos que destacan en su currículo es que en los años de la guerra civil formó parte de las paramilitares Defensas Civiles Patrióticas que operaron en la capital salvadoreña bajo el mando de la Primera Brigada de Infantería, entre 1988 y 1989, las que fueron disueltas por el presidente Napoleón Duarte poco antes de entregar el poder.
Para Ávila, El Salvador vive aún un ambiente político polarizado, resultado de la guerra civil.
Los acuerdos de paz (de 1992) se firmaron, se logró la paz, pero la paz política todavía no
, dijo Ávila, quien en cuatro meses de campaña pudo remontar las encuestas sobre preferencias electorales, que lo mostraron rezagado en el segundo lugar, pero ahora se encuentra en un virtual empate técnico con Funes.
La campaña de Ávila ha buscado relacionar a Funes con líderes de izquierda de América Latina y ha sugerido que en caso de resultar ganador, llevará a El Salvador por la ruta del socialismo del siglo XXI
, uno de los términos utilizados por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, para denominar su proyecto económico y político en su país.
Ávila –cuya campaña ha recibido la asesoría del propagandista Antonio Solá, según han publicado periodistas salvadoreños– logró que el tema del miedo al cambio se impusiera durante el debate electoral, a tal punto que un grupo de 46 congresistas estadunidenses hizo pública el pasado jueves una carta enviada a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en la que le alertaron sobre las potenciales amenazas hacia nuestros intereses de seguridad nacional
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Los principales autores de la carta fueron los representantes Connie Mack, de Florida, y Dana Rohrabacher, de California, quien por su parte dijo a un periódico salvadoreño que en caso de una victoria del FMLN buscará que las ventajas migratorias de los salvadoreños sean eliminadas.
Funes consideró el jueves anterior ante la prensa internacional que las declaraciones de los legisladores estadunidenses pretenden servir de apoyo a la campaña del miedo realizada por Arena.
Las declaraciones obligaron al responsable para América Latina del Departamento de Estado, Tom Shannon, a señalar que Washington trabajará con quien sea elegido por el pueblo salvadoreño
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Alrededor de 2 millones y medio de salvadoreños viven en Estados Unidos, principalmente en estados como California y en el Distrito de Columbia y sus inmediaciones. El dinero que envían a sus familiares en El Salvador constituyen una de las principales fuentes de ingresos del país, junto con las exportaciones de café.
La mayoría de los medios de comunicación en El Salvador han dado un abierto apoyo a Ávila, pese a los vínculos de Funes con las televisoras locales.
El Salvador es actualmente gobernado por un ex comentarista deportivo y empresario de los medios de comunicación, Antonio Tony Saca, miembro de Arena.
Funes –quien no fue guerrillero ni ha tenido experiencia en la administración pública– mostró en sus años de periodista una posición crítica frente a los gobiernos de Arena. y eso provocó que en dos ocasiones saliera abruptamente de las televisoras privadas en donde trabajaba.
Una de esas salidas ocurrió en 2005, cuando era conductor de un programa de análisis en el canal 12 de la televisión local, propiedad de TV Azteca. La prensa salvadoreña publicó que el retiro de Funes de la emisora se debió a presiones del gobierno.
La oficina de campaña de Funes dio a conocer en diciembre pasado que se había entrevistado con el presidente de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, así como con el presidente honorario y vitalicio del Grupo Carso, Carlos Slim, que también tiene inversiones en el país centroamericano.
Funes dijo que ambos empresarios expresaron su decisión no sólo de mantener sus operaciones, sino de ampliar el volumen de sus inversiones en El Salvador para generar más empleos
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