Para el dramaturgo y director argentino Daniel Veronese es muy importante crear la mínima ilusión de verdad en el teatro para que éste sea vivo.

A propósito de la obra Mujeres soñaron caballos, que se presentará en el Festival de México en el Centro Histórico, el dramaturgo señaló a La Jornada que en la actualidad existe un teatro bien hecho y bien actuado, pero emocionalmente muerto, porque los actores sólo dicen textos, el director marca movimientos y no provocan nada en el espectador.

Trato de encontrar un teatro vivo, donde ni el actor, ni el director y el autor estén presentes. Me interesa esa totalidad que produce un suceso en la mente del espectador. Por lo general, el teatro que veo está considerado buen teatro, pero no está vivo; existe un formato para hacerlo que lo aleja de la verdadera emoción que impide que yo, como espectador, tenga la mínima ilusión de verdad de lo que veo en escena.

Veronese reconoció que si bien lo que se ve en el escenario es mentira, la capacidad actoral sin otros elementos, como la música, la iluminación o la escenografía, puede crear ilusión en el espectador.

Busco un trabajo interno con los actores para crear un objeto, una situación que el público vea y sienta. El actor debe apropiarse de la obra, saber lo que dice y no olvidar que existe un trabajo previo; me gusta el teatro vivo, que se crea lo que aparece en escena.

Dictadura argentina, el contexto

Para favorecer esa ilusión de realidad, el montaje Mujeres soñaron caballos se desarrolla en un reducido escenario en el que interactúan seis personajes que sobreviven a un conflicto familiar a fuerza de mentiras.

Mujeres soñaron caballos fue escrita por Veronese basado en los periodos de la dictadura militar argentina, para preguntarse cómo respondería ante una situación de violencia y porque la persona que resiste en algún momento descubre la forma de devolver la violencia que recibe.

La obra puede proyectarse a la vida de cualquier país y a cualquier familia de hoy.

Al respecto, comentó el dramaturgo: Trato de encontrar en mi teatro las zonas que me acercan a lo cotidiano, a lo concebible en la vida cotidiana, a todo lo que está en la naturaleza de las relaciones entre las personas; es raro encontrar en mis obras algo que no esté en la naturaleza.

Con Mujeres soñaron caballos, el autor busca que el espectador se enfrente a una situación obscena que de pronto ocurre en un barrio y crear la sensación de estar dentro de la obra, porque pretendo que esto sea una mentira que se confunda con la realidad, que uno pierda por momentos qué es real y qué no, para que esa ilusión se prolongue de principio a fin.

La obra, escrita en 1999 y estrenada en 2001, será montada por Daniel Veronese en coproducción con el grupo Teatro Línea de Sombra, Festival de México y la Coordinación Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes. Participan los actores: Arturo Ríos, Rosa María Bianchi, Shopie Alexander Katz, Antonio Cega, Arturo Barba y Ana Zavala.

En voz de los actores

Arturo Ríos, quien interpreta a Iván, el mayor de tres hermanos, señaló que Daniel Veronese trabaja con un nuevo concepto de dirección.

Está la simultaneidad en la participación de los personajes, existe una tendencia al expresionismo sintético y una intención de hiperrealismo; esto genera que la situación en escena se exacerbe hasta un punto en que el conflicto estalla y el espectador también está inmerso.

Para Rosa María Bianchi, el teatro de Veronese está vivo, porque fluye por todos los sentidos de los personajes. Es muy interesante la manera de trabajar de Daniel, porque en esta desnudez escénica la presencia de los actores es fundamental, y en ellos recae todo el peso junto con el texto, así que no hay nada que distraiga al espectador y la velocidad de la obra es una consecuencia de lo que quiere el director.

Mujeres soñaron caballos se escenificará del 18 al 22 de marzo en el teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque (Reforma y Campo Marte), como parte de la edición 25 del Festival de México en el Centro Histórico.